Rodrigo Hinzpeter: “Pudo haber sido el día de mi muerte”
"La sensación es que te dispararon; la bala salió y, por alguna circunstancia fortuita, no me llegó", expresó el ex ministro del Interior.
Rodrigo Hinzpeter, ex ministro del Interior en el primer Gobierno de Sebastián Piñera, habló por primera vez desde que un paquete explosivo dirigida hacia él fuera interceptada en el edifico de Quiñenco S.A., donde el abogado se desempeña como el gerente de Asuntos Legales del consorcio.
“Tuve distintas reuniones y solamente producto de haber tenido una mañana bastante frenética y agitada no abrí la caja, pero sí la vi en el escritorio de mi secretaria. De hecho, en algún minuto pensé abrirla, pero por alguna circunstancia fortuita y providencial me distraje y se me olvidó que la iba a abrir”, relató Hinzpeter a La Tercera.
“Cuando salí a almorzar, mi secretaria me señaló que tenía la correspondencia que me había llegado en la mañana, y le digo que me la deje en la oficina para abrirla después de almuerzo. Cuando estaba almorzando, me avisaron desde La Moneda que se había producido la explosión de Huechuraba y que también habían logrado identificar en Correos que el mismo remitente, que era un nombre falso, había mandado también un paquete a nombre mío. Cuando volví al edificio, ya estaba evacuado y con el Gope adentro”, contó.
“En el tiempo que fui ministro recibí amenazas varias veces, que son muy ingratas, muy desagradables, generan una sensación de desasosiego muy grande, interrumpen una vida apacible, de tranquilidad, que tanto se desea. Pero aquí la sensación es mucho más horrorosa, porque, haciendo una analogía, la amenaza es como que alguien te diga que te va a disparar, mientras que aquí la sensación es que te dispararon; la bala salió y, por alguna circunstancia fortuita -un resbalón, por ejemplo-, no me llegó“, continuó el ex ministro del Interior.
Según Hinzpeter, “aquí la persona apretó el gatillo y estuvo dispuesta a matarme, con una bomba que, según la información de prensa, no solo me hubiera matado a mí, sino que también a los que trabajan conmigo”.
“No tengo una buena razón para entender por qué no abrí el paquete, porque la verdad es que, probablemente como la mayoría de las personas, cuando nos llega un paquete lo abrimos con algo de ansiedad, pensando que va a ser algo bueno. En circunstancias normales -he revisado mis días- abro las cosas apenas llegan. No tengo una razón para explicar por qué no lo abrí; sé que lo vi, que pensé abrirlo, que quise abrirlo, y no sé por qué me distraje y volví a mis reuniones. Eso terminó por salvarme de abrir el paquete (…) El 25 de julio del 2019 pudo haber sido el día de mi muerte. Afortunadamente, no lo fue“, expresó el abogado.