Alumno que denuncia robo de investigación: “No es un hecho aislado, es una forma de operar”
Según explicó uno de los denunciantes de la Universidad Arturo Prat, Sebastián Cortés, la forma en que los docentes se adjudican como propias sus investigaciones se realiza desde hace ya varios años.
A principios de este año el ahora ingeniero Civil Industrial de la Universidad Arturo Prat (UNAP) de Iquique, Sebastián Cortés (27), recibió un correo de la revista peruana de investigación Perspectiva, desde donde confirmaron la recepción de su trabajo de tesis. Sin embargo, lo que el profesional nunca imaginó es que sería el inicio de una larga disputa –por la autoría del trabajo– con su propia casa de estudios.
En conversación con EL DÍNAMO, Sebastián Cortés explicó que “no es un hecho aislado” que los académicos firmen estos trabajos como propios, sino más bien, “una forma de operar desde hace al menos 10 años”.
“Es una manera que encuentra la universidad para lucrar con las publicaciones de los alumnos, porque algunas de estas revistas de investigación entregan un incentivo económico a los autores, el cuál rara vez llega a manos de los alumnos que suelen financiar todo”, continuó.
Al igual que Cortés y según constó en una investigación de Radio Bíobio, otros seis ex alumnos de esta carrera presentaron una querella por apropiación ilícita en contra de los académicos de Ingeniería y Arquitectura: Hugo Rodríguez (jefe de la carrera de ingeniería), Marianela Llanos Ortiz (directora de docencia) y Evadil Ayala (director de calidad).
Forma de operar
Según indicó el denunciante, al ser aprobada su investigación científica “Deserción universitaria, epidemia en los sistemas de educación superior”, habría sido el propio director de carrera, Hugo Rodríguez, quien se manifestó en contra de que los alumnos figuraran como autores.
“En esa oportunidad Rodríguez nos dijo -a mí y a mi compañera de tesis- que teníamos un problema porque aparecíamos como autores. Indicó que esto no podía ser posible, ya que se acuerdo al reglamento de la universidad, los profesores son los autores y que nosotros nos habíamos saltado el conducto regular“, argumentó Cortés.
Frente a esta situación, Sebastián decidió elevar una solicitud de transparencia desde donde consultó por dicho reglamento. Sin embargo, el documento al que Rodríguez aludió nunca existió. “El texto dice expresamente que el alumno es el autor principal”, aseguró el denunciante.
“Le mencioné esto a las autoridades, que iríamos a la Corte de Apelaciones. Luego de un mes de protestas me dieron el visto bueno y ahora figuro como autor. Sin embargo, al dar cuenta en el grupo de Facebook de nuestra facultad me di cuenta que no era el único afectado del robo de trabajos por parte de profesores”, agrego Cortés.
El ahora vocero de sus otros compañeros denunciantes -Álvaro Neira, Ángela Madariaga, Jonathan Belmar, José Ulloa, Catalina Williams y Christopher Zeballos- dijo que la idea es terminar con estas malas prácticas, porque además de generar una mala imagen a la universidad, “genera perjuicio a los estudiantes que ponen estas investigaciones en sus currículum, las cuales pueden llegar a ser puestas en duda si se revisa quien figura como autor”.
Finalmente, a través de un comunicado los académicos de Ingeniería Civil Industrial respondieron a las acusaciones, que consideraron “completamente infundadas”.
“En las publicaciones jamás existió un animo de lucro, mucho menos un perjuicio económico a los alumnos, sino, proveer un beneficio para ellos mismos”, agregaron.