Cómo afecta psicológicamente la pandemia del coronavirus al personal de salud
Durante las últimas semanas se han levantado las alertas respecto a la salud mental de quienes dedican sus días combatir directamente el virus.
La emergencia que se está viviendo en el país y en el mundo por el coronavirus mantiene día y noche al personal de salud trabajando por tratar a quienes se han contagiado de la enfermedad.
Las medidas adoptadas por los gobiernos y autoridades en el mundo han provocado estragos en la forma de vida de las personas, que han debido mantenerse en sus casas para evitar una mayor propagación de la enfermedad. Sin embargo, también se han levantado las alertas respecto a la salud mental de quienes dedican sus días combatir directamente el virus:
Según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre un 3 y un 4 por ciento de la población puede sufrir trastornos severos a raíz del COVID-19, mientras que entre un 15 y un 20 por ciento podría padecer trastornos leves a moderados. El porcentaje restante se ve expuesto a un fuerte estrés psicosocial no patológico.
Ignacio Silva, infectólogo de la Universidad de Santiago de Chile (Usach), explicó a EL DÍNAMO que la pandemia ha afectado en distintas formas al personal de salud, “probablemente según la fase que nos encontramos fueron cambiando los sentimientos y al principio fue una fase de mucha ansiedad porque no sabíamos bien cómo iba a afectar y cuándo iba a afectar”.
“Además se veía mucho movimiento de las autoridades dentro de los hospitales con reuniones, definiciones de flujo con gestiones de camas (…) cuando empezaron a llegar los pacientes comenzó el temor por contagio sobre todo los médicos de más edad o con enfermedades crónicas, que podrían contraer el virus y tener una mala evolución”.
En ese sentido, Silva destacó que “de a poco se fueron desvinculando del trabajo a los médicos de mayor edad o con enfermedades crónicas. Quedó gente más joven y sin enfermedades, pero todavía esa sensación de temor de infectarse y de contagiar a sus familiares sigue latente”.
“Muchos que son parte del personal de salud que viven con sus padres o con parientes con enfermedades crónicas, se están yendo a una pieza a parte en sus casas para no contagiar al resto de la familia y eso causa tensión. Se esta trabajando en situaciones extremas a las que no estamos habituados, lo que genera cambios de humor y tensiones en el equipo y en cada uno”, agregó Silva.
Laura Sasaes, enfermera en área de salud mental y coordinadora del Servicio de Salud estudiantil de la UTEM, destacó que “es un tema super complejo. Todo el personal de salud está con una carga de estrés muy alta (…) las circunstancias van determinando la situación de estrés que se va generando, porque existe una doble carga: la que se vive en los trabajos día a día y la otras es en la vida personal, en el ámbito cotidiano de cada uno”.
“Teniendo en cuenta la situación que estamos viviendo, tenemos pacientes no sólo internados por coronavirus, hay otros con distintas patologías que ya tienen un nivel de inmunidad muy bajos en sus cuerpos y sumado al virus es un mayor riesgo, tanto para los pacientes como para los funcionarios de los hospitales”, argumentó Sasaes.
En ese contexto, argumentó que “lamentablemente en nuestro país no tenemos todas las condiciones sanitarias para enfrentar esta pandemia (…) el mayor miedo en este momento es que se genere un contagio masivo, ese es el temor de todas las personas que trabajan en hospitales o en clínicas. Hay que tener en cuenta que las cifras pueden aumentar considerablemente y el sistema de salud no va a dar a basto”.
La ausencia de condiciones sanitarias adecuadas para enfrentar la pandemia han sido expuestas en todo el mundo. Se ha confirmado que ningún país está preparado para enfrentar esta emergencia y que la escasez de elementos de protección y de personal entrenado es una constante global.
Desbordamiento
Por su parte, la psicóloga de la UTEM y directora del Centro de Familia y Comunidad, Julia Cerda Carvajal, destaca que “si tuviéramos que caracterizar este momento podríamos señalar que se enfrentan a un desbordamiento de la demanda asistencial”.
“El desbordamiento se presenta en un contexto mundial que pone en juego las formas de relaciones que tenemos, en tanto nos permite visualizar las formas en que se están administrando las vidas, gestionando los poderes para salvar la pandemia, en que se toman decisiones acerca de a quienes se les salvará y a quienes no. Con lenguajes desde la política en que se repite a diario el manejo compasivo de los y las pacientes”, agrega.
Asimismo argumenta que “el elemento contextual cercano, propio en el hospital, centro de salud, enfrenta a los profesionales de la salud a sobrecarga de trabajo, esfuerzo adicional en turnos de muchas horas en que no hay descanso físico ni mental. Las capacidades de funcionamiento en estas condiciones en que deben sobrecargarse físicamente con uniformes, equipos, implementos de cuidado propio sobre exigen a los y las profesionales”.
La psicóloga advierte que “producto de esta exposición a esta situación mucho/as de los/as profesionales podrían padecer de estrés post traumático, están a la par enfrentando el fenómeno denominado de fatiga por compasión, que es el resultado final de un proceso progresivo y acumulativo consecuencia del contacto prolongado, continuado e intenso con personas que sufren, mediante el uso de uno mismo y la exposición al estrés”.
Apoyo en tiempos de emergencia
Sasaes afirma que para enfrentar esta situación hay que apuntar directamente al autocuidado, realizando actividades, en casa obviamente, que les permitan desconectarse por algunos minutos del estrés que se vive por la emergencia.
“Todas las personas deben generar un espacio para ellos mismos, donde puedan realizar actividades que no estén relacionadas con el trabajo o el virus (…) si a alguien -por ejemplo- le gusta hacer alguna clase de zumba o actividad física; llegar a sus hogares y darse el tiempo de compartir con su familia, generar quizás algún juego algo tan básico puede ayudar a desconectarnos de toda la situación que estamos viviendo”, explicó.
Respecto a medidas o el apoyo que puedan entregar las autoridades o directamente el Gobierno para enfrentar esta situación que viven los trabajadores, Sasaes destaca que la “mejor decisión que podrían tomar, para también bajar un poco la carga de estrés que se está llevando, es que se declare una cuarentena total”.
La OMS recomienda las cuarentenas totales como última medida, puesto que no son sostenibles en el tiempo.
“Ya sabemos que perdimos la trazabilidad de los casos, y teniendo en cuenta esto y que cada día aumentan más casos, con una cuarentena total vamos a poder tener un control un poco más exhaustivo en cuanto al virus y el sistema de salud se puede descongestionar un poquitito”, agregó.
“Tenemos que tener presente que todos los días siguen llegando pacientes con infartos, apendicitis, peritonitis que se van sumando a la carga que el sistema de salud tiene en este momento” sostuvo.