Guarequena Gutiérrez, embajadora de Juan Guaidó en Chile, deja su cargo por “razones económicas y migratorias”
Según contó a EL DÍNAMO llevaba más de un año sin recibir sueldo porque no fue acreditada en su cargo por el Estado.
Un poco más de un año alcanzó a estar en el cargo la embajadora y representante en Chile del autodenominado presidente encargado de Venezuela, Juan Guaidó, Guarequena Gutiérrez, quien según confirmaron desde Caracas a EL DÍNAMO, renunció el 31 de mayo al puesto por razones “migratorias y económicas”.
Gutiérrez pertenecía a un grupo de once partidarios de Juan Guaidó que comenzaron a ocupar cargos como embajadores en Argentina, Estados Unidos y Canadá, entre otros países, luego de que 50 naciones del mundo reconocieron su figura de “presidente encargado de Venezuela”.
Pese a que la representante de Guaidó en Chile no se refirió explícitamente a su renuncia, una publicación en su cuenta de Twitter daría algunas luces al respecto.
“Ha sido difícil pero nunca la gratificación de servir al país ha sigo igualada por adversidades. Seguiremos aportando para lograr una sociedad democrática, un país donde quepamos todos, y sobre todo ver a Venezuela LIBRE con prosperidad”, escribió Gutiérrez.
Las dificultades económicas
En entrevista con EL DÍNAMO, Guarequena Gutiérrez reconoció el difícil camino que debió transitar durante su gestión en Chile, principalmente porque su gestión como embajadora nunca fue reconocida por el Estado chileno. De hecho, nunca recibió ningún tipo de remuneración.
“Al no ser acreditada por Chile como embajada debo cotizar en AFP, tener una relación laboral, porque para poder pedir la (residencia) definitiva y permanecer en Chile debo cumplir con reglamentos laborales y no los tengo, esto me preocupa a largo plazo”, detalló durante la conversación.
La ahora ex representante de Juan Guaidó también contó que su falta de recursos durante su estancia en Chile fue tal que incluso debió recurrir a amigos y familiares, quienes les habrían prestado dinero.
Una situación diametralmente opuesta a la que vivía Guarequena Gutiérrez en su país, donde ocupaba uno de los más altos cargos públicos de Venezuela como directora de Administración y Finanza del Parlamento.