OCDE: España alcanzará el 23 % de paro en 2012
Ese mismo año, sólo crecería 0,3% según estima el organismo internacional.
La OCDE prevé que el crecimiento económico en España alcanzará el 0,7 % en 2011, mientras que en 2012 se reducirá hasta el 0,3 % y la tasa de paro puede subir hasta el 23 %.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) calculó que el desempleo en España va a subir hasta el 23 % (la tasa media para el conjunto de 2012 será del 22,9 % tras el 21,5 % en 2011) y disminuirá muy lentamente a partir de 2013 (22,7 % de media anual).
Esa evolución deriva en parte de la reducción del empleo público en todos los niveles de la administración para cumplir los objetivos de déficit público, que la OCDE asume que se tienen que cumplir: un 4,4 % del PIB en 2012 y un 3 % en 2013.
La OCDE, en su informe semestral de perspectivas, dejó su previsión de aumento del Producto Interior Bruto (PIB) español para 2011 dos décimas por debajo de lo que ella había anticipado en mayo y una menos de lo que espera el Gobierno.
Los autores del informe, que coinciden en ese punto con las últimas cifras presentadas este mismo mes por la Comisión Europea, son, sin embargo, más pesimistas para 2012 que Bruselas (que auguraba un 0,7 % de crecimiento).
Los nuevos datos también son mucho más negativos que las propias previsiones de la OCDE de mayo, que situaban el incremento del PIB en el 1,6 %.
Para 2013, el informe anticipa una tímida recuperación del PIB del 1,3 %.
Detrás de esa corrección está la constatación de que la economía española se paró en el tercer trimestre y que la actividad se puede reducir en el cuarto, en un contexto en que el incremento de la prima de riesgo que se paga por la deuda pública se traslada al sector privado con un deterioro de las condiciones de financiación.
La continuada bajada de los precios de la vivienda afecta a las cuentas de los bancos, particularmente expuestos al negocio inmobiliario y las perspectivas de exportación de las empresas han empeorado ante la ralentización global, en particular en la zona euro.
Uno de los pocos elementos relativamente positivos de la predicción es una moderación de la inflación, que pasaría del 3 % de media este año al 1,4 % en 2012 y al 0,9 % en 2013. Igualmente una contención del déficit por cuenta corriente desde el 4 % del PIB en este ejercicio al 2,3 % en 2012 y al 2 % en 2013.
La OCDE advirtió de que un alza suplementaria de la prima de riesgo española, que dificultaría todavía más la financiación de la economía y prolongaría la crisis inmobiliaria, podría tener un impacto “sustancial” sobre el conjunto de la actividad.
No ha cifrado de forma desglosada para España ese escenario negativo que considera posible, pero para el conjunto de la zona del euro, si se produjera la hipótesis de un colapso en la crisis de la deuda, aventura una recesión con un bajón de su PIB en torno al 2 % en 2012 y otro tanto en 2013, en lugar de una subida del PIB del 0,2 % y del 1,4 %, respectivamente, en los dos próximos años.
El economista jefe de la OCDE, Pier Carlo Padoan, destacó en la presentación del informe a la prensa algunas reformas estructurales que España debería poner en marcha, “especialmente la del mercado de trabajo”.
En concreto, la organización se pronuncia por una reforma laboral que permita a las empresas sustraerse de la negociación colectiva, de forma que la evolución salarial refleje sus condiciones específicas.
También propugna un mayor abaratamiento del despido al menos para los nuevos contratos fijos, con la perspectiva puesta en un mercado de trabajo con un contrato único que pusiera fin a la polarización entre la protección de los que son fijos y los temporales.
Padoan también aludió a la conveniencia de liberalizaciones en el mercado de productos, aunque no precisó en qué sectores.
La OCDE ha identificado otra serie de medidas específicas para España con las que tendría que responder en caso de que se materializara esa amenaza de recesión, y en primer lugar más ajuste fiscal, lo que podría pasar por un aumento del IVA y de las tasas sobre el carburante y por el impuesto de sucesiones.