Según Der Spiegel, Alemania se convierte en un país de “sueldos baratos”
De acuerdo con el semanario, que basa su análisis en datos del departamento federal de Estadística, este fenómeno afecta principalmente a los trabajadores poco cualificados, que llegan a percibir 5,26 euros por hora.
Alemania se está convirtiendo en un país de “sueldos baratos”, no sólo en la económicamente deprimida mitad este del país, sino también en los “Länder” (estados federados) más prósperos de la primera economía europea, según revela el semanario “Der Spiegel”.
Unos cinco millones de alemanes trabajan por lo que dicho semanario califica de “sueldos de hambre”, a veces por debajo de los 6,5 euros la hora, en empleos regulares -es decir, no incluidos en los llamados “minijobs”-, sea en panaderías, peluquerías, sector hotelero u hostelería.
Esta realidad no es ya exclusiva de zonas del antiguo territorio de la Alemania oriental, con índices de desempleo que doblan la media del país -un 6,4 %, según cifras de noviembre-, sino que también se dan en los “Länder” más industriosos, como Baviera y Baden Wüttemberg,
De acuerdo con el semanario, que basa su análisis en datos del departamento federal de Estadística (con sede en Wiesbaden), este fenómeno afecta principalmente a los trabajadores poco cualificados, que llegan a percibir 5,26 euros por hora.
En este escalafón pone como ejemplo “Der Spiegel” a empleados de pastelerías bávaras, a los que seguirían jardineros, que trabajan por 6,5 euros la hora, así como trabajadores del sector hotelero de todo el país.
Todos ellos estarían por debajo de los niveles del salario mínimos que entraron en vigor el pasado 1 de diciembre para diez sectores, que oscila entre 6,53 y 11,53 euros por hora, según cada una de estas ramas.
Un estudio de la Fundación Friedrich-Ebert -afín al Partido Socialdemócrara (SPD)- sitúa el número de afectados por estos “sueldos baratos” en cinco millones de trabajadores.
A este número deben añadirse los que trabajan en régimen de “minijob” -unos siete millones de personas-, fórmula que implica un sueldo máximo de 400 euros mensuales y un límite de 40 horas mensuales.
La fórmula del “minijob” fue impulsada dentro del programa de reformas estructurales denominado Agenda 2010 del canciller socialdemócrata Gerhard Schröder (1999-2005), en cuya etapa final se llegó a la marca de cinco millones de desempleados.
Originariamente iba a ser una fórmula “puente”, para favorecer la reincorporación al mercado laboral de los desempleados.
En la práctica, sin embargo, se ha establecido como un tipo de trabajo precario que acaba convirtiéndose en un callejón sin salida y que, además, hipoteca la jubilación futura de esos trabajadores, dada su mínima contribución al seguro obligatorio.