Costanera Center: La invitación que complica a Piñera
La imagen del Presidente y del ministro de Obras Públicas Laurence Golborne, dándole el vamos al polémico megaedificio de Cencosud, es una fotografía que en La Moneda quisieran evitar.
En plena cuenta regresiva para la inauguración del megaproyecto Costanera Center, inicialmente programada para fines de abril o comienzos de mayo, el gobierno analiza un plan de contingencia para enfrentar los eventuales problemas que puede acarrearle la entrada en operaciones de la controvertida edificación.
Estos conflictos no sólo tienen que ver con la evidente falta de obras urbanas para evitar el caos vial que se avecina en el sector que rodea la construcción, y que de acuerdo con el Ministerio de Transportes podría incrementar hasta en un 50% el tiempo que tarda un conductor en cruzar el sector entre la rotonda Pérez Zujovic y el Costanera Center.
También están relacionados con la presencia casi obligada de las principales autoridades de gobierno, encabezadas por el Presidente de la República Sebastián Piñera, en el tradicional corte de cinta que se aproxima.
La imagen del Presidente y del ministro de Obras Públicas Laurence Golborne, dándole el vamos al polémico megaedificio de Cencosud, es una fotografía que en La Moneda quisieran evitar.
Pero en el Gobierno reconocen que se trata de una invitación difícil de rechazar, por cuanto viene de uno de los principales empresarios del país, Horst Paulmamnn, quien a comienzos de marzo prácticamente no le dejó opción al gobierno, al sentenciar: “En una obra tan especial para Chile tiene que estar el Presidente”.
El 1 de marzo el empresario reconoció que la apertura de su proyecto estrella reportaría un leve retraso (estaba inicialmente programada para el 12 de abril) debido a la imposibilidad del Presidente Piñera de encabezar la ceremonia ese día. El mandatario tiene contemplado viajar el 12 a Cartagena de Indias, en Colombia, para asistir a la VI Cumbre de las Américas que se realizará entre el 13 y 15 de abril.
Si los asesores presidenciales pensaron que Piñera podría evadir la invitación que le hiciera Cencosud (holding que agrupa los negocios del empresario en el rubro delretail), argumentando el mencionado viaje, Paulmann abrió un nuevo y complejo escenario con sus declaraciones.
El debate en torno a si asistir o no a la ceremonia data, por lo menos, de comienzos de año. Fuentes de gobierno aseguran que el punto ha sido discutido entre el ministro de Obras Públicas, Laurence Golborne, y parte del comité político de la La Moneda.
En general existe consenso entre los ministros y las autoridades de gobierno en torno a que la presencia de Piñera en el corte de cinta trae más conflictos que ganancias, pues de inmediato el mandatario saldría asociado al grave problema vial que acarreará el proyecto.
En el Ejecutivo prevén que los problemas no solo serán en el área del transporte, sino que involucrarán a otras carteras sectoriales. El corte de cinta se hará más próximo al invierto, cuando los episodios de emergencia ambiental y los casos de enfermedades respiratorias se toman los noticieros. Dos problemas que se vincularán luego a los atochamientos vehiculares en torno a la obra ícono de Paulmann.
Según fuentes del Ejecutivo, solo en la Secretaria General de la Presidencia, que encabeza el ministro Cristián Larroulet, han evidenciado dudas respecto a la conveniencia de que el Presidente se reste de la ceremonia con el timonel de Cencosud. El argumento es que se trata de una de las obras de mayor envergadura de Latinoamérica y el Presidente debe estar.
La presencia del ministro Golborne también es controvertida, pues aparecerá vinculado al proyecto por partida doble: como ministro de Obras Públicas (cartera estrechamente ligada a la construcción), y como ex mano derecha de Paulmann, ya que siendo gerente de general corporativo de Cencosud le correspondió colocar la primera piedra del proyecto en marzo de 2006, antes de la postergación por la crisis económica en 2009.
“Costanera Center va a ser un hito, un ícono, que ojalá sea reconocido en el mundo como un elemento distintivo de nuestra capital”, subrayaba entonces el ahora secretario de Estado.
Como sea, el hecho de que Paulmann planteara públicamente la obligación de Piñera de asistir a la ceremonia, fue interpretado como un tácito pauteo a la agenda del mandatario por parte del empresario. Y eso no cayó bien.
La estrategia de enmarcar las responsabilidades
Hoy el tema es monitoreado atentamente en la Moneda y a la consulta de si Piñera asistirá o no a la inauguración, la respuesta es que aún no hay una nueva invitación oficial para el Presidente. “Nos soprende que Paulmann haya dicho que va a aplazar la inauguración para que Piñera asista, porque él nunca ha dicho que irá”, comentan en Palacio.
Mientras, se realiza un control de posibles daños en los aspectos que van más allá de la presencia de Piñera en la ceremonia y que tienen que ver con las responsabilidades de quienes le dieron el vamos al Costanera Center, en distintos momentos de su accidentada historia, sin considerar el desastre que provocaría su entrada en operación si no se realizaban obras de mitigación.
Bajo esa lógica en el Gobierno ya tienen claro a quienes apuntar cuando el caos sea evidente: al gobierno de Michelle Bachelet y al municipio de Providencia que encabeza el UDI Cristián Labbé.
Ello, considerando el crudo disgnóstico de Obras Públicas: “Si se analizan todas las obras de mitigación que realmente debería tener el Costanera Center para no afectar el tráfico e integrarse bien a la ciudad, estamos hablando de entre US$ 90 y US$ 100 millones. El gobierno no tiene ese dinero para invertirlo en obras que en definitiva benefician a un privado”, señalan fuentes cercanas a esa cartera.
“Vamos a evaluar la negatividad del proyecto, su impacto en las personas, en el tráfico, en el atochamiento vehicular, y en el escenario negativo que adelantó el informe elaborado por la Secretaría de Planificación de Transporte, remarcaremos que todas las obras de mitigación las tiene que solicitar la Dirección de Obras del municipio de Providencia. Son ellos los llamados a ver que eso esté en orden para inaugurar”, señalan en Palacio.
El alcalde de Providencia, en tanto, ha señalado que mientras no estén realizadas todas las medidas de mitigación, la obra no se recibirá. “Estamos trabajando codo a codo con el gobierno en el desarrollo de nuevas soluciones viales para intentar atenuar la congestión en el sector”, remarcan en el municipio.
“Se están analizando al menos 10 medidas concretas, como ensanches de calles y veredas, traslado de paraderos del Transantiago, nueva sincronización de semáforos etc.” agregan.
El gobierno apuntará sus dardos al gobierno de Bachelet, recordando que avaló, en marzo de 2006, el lanzamiento de la primera piedra del proyecto y la reanudación de las obras en diciembre de 2009, tras 11 meses de paralización por la crisis económica mundial. En esta última ocasión, la ex Presidenta aseguró que la continuidad de la construcción simbolizaba el término de la crisis en Chile.
“Tenemos que recordar quiénes fueron los que firmaron este acuerdo ‘draconiano’ con Horst Paulmann”, dice una fuente de Palacio, refiriéndose especialmente al ex ministro de Obras Públicas Sergio Bitar.
“El gobierno de entonces, apretado por los efectos de la crisis, trató de convertir Costanera Center en un símbolo de la reactivación. Por eso apuró su puesta en marcha”, señala la misma fuente, anunciado que la señal será exigir que se cumpla con todos y cada uno de los requisitos necesarios para poner en marcha la apertura del megaproyecto.