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28 de Noviembre de 2012

Pasado a pescado: Manifestantes funan sede de la DC en rechazo a Ley de Pesca

En medio de la violenta protesta del martes un grupo de 14 manifestantes arrojaron pescados en mal estado al interior del edificio que cobija al partido. Rechazaban el respaldo entregado por senadores falangistas a la polémica normativa.

Por Redacción
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Los militantes y funcionarios que laboran en el sede central de la Democracia Cristiana, ubicada en Alameda #1470 se llevaron una desagradable y maloliente sorpresa este miércoles. Y es que en el marco de la violenta protesta realizada este martes en el centro de Santiago y que culmino con una estudiantes atropellada por un carabinero, un grupo de 14 manifestantes protagonizo una particular funa: Arrojaron pescados en mal estado en el edificio que cobija a la falange.

La acción fue registrada en video por los militantes del Partido Igualdad, quienes la perpetraron. 

Según informa Bíobío el grupo blandió vísceras, colas y cabezas de los mismos pescados, que hoy es centro de la polémica la Sala del Senado, sobre todo de cara al grupo de legisladores de la DC que respaldaron la cuestionada normativa.

Mientras vociferaban consignas contra los parlamentarios demócrata cristianos, los manifestantes se distribuyeron en el primer piso del inmueble y comenzaron a lanzar los restos de pescado en todos sus rincones y a pasarlos por sus muros.

No a la Ley Longueira Maldita”

Y eso no fue todo. Los manifestantes también rayaron las dependencias del edifico con consignas entre las que se podía leer “No a la Ley Longueira Maldita”, “No a la venta del mar” y “Concerta vende el mar”.

El secretario nacional del partido, Víctor Maldonado, quien era el único dirigente que se encontraba en el lugar intentó dialogar con los manifestantes. No tuvo éxito alguno. Uno de los manifestantes intentó refregarle restos de uno de los especímenes en su ropa, por lo que debió refugiarse en su oficina.

Los manifestantes fueron incluso más allá, ya que recorrieron los diversos pisos del edifico y, en cada uno de ellos, repitieron el pestilente rito.


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