Banco Santander: Desaceleración en economía chilena no amenaza su estabilidad
La entidad explicó en un informe que este fenómeno fue provocado por una caída en el precio del cobre, unida a la debilidad de la economía internacional, que ha repercutido en sus ventas al exterior.
La significativa reducción de las inversiones en Chile es lo que más explica la desaceleración de la economía en el país, que tras varios años de fuerte expansión camina hoy a paso lento, aunque sin riesgos que amenacen su estabilidad, según un informe del Banco Santander difundido este viernes.
Su análisis lo argumenta al destacar que en el último catastro de proyectos de inversión publicado por la Corporación de Bienes de Capital (CBC), se da cuenta que desde febrero hasta mayo pasado, los proyectos comprometidos han disminuido 13%, concentrados en los sectores de energía (-25%) y minería (-7,6%).
Dice la entidad que otra señal de preocupación es la reducción de los servicios de ingeniería, los cuales constituyen una de las primeras etapas del proceso de inversión. Explica que en lo que va del año han caído 9,1% respecto al año anterior.
Esta reducción en los montos comprometidos, unidos a la contracción actual en la inversión, hacen esperar que los niveles se mantengan bajos, para cerrar el año con una caída de 2,7% y luego aumentar a 2,0% en 2015.
Por otro lado, advierte el estudio, el consumo privado ha seguido mostrando una gradual tendencia de menor crecimiento, en línea con el producto. Sin embargo, durante el último trimestre creció 3,7%, su primer registro bajo 4,0% en cuatro años.
Al igual que en la inversión, la dinámica del consumo privado se encuentra fuertemente correlacionada con las expectativas y lo que se ha venido verificando durante los últimos meses es una caída en éstas, para encontrarse en la actualidad levemente por sobre el nivel de expansión, el consumo debiera crecer entre 3,0% y 4,0% anual.
La economía pasa desde el año pasado por un ciclo de desaceleración, provocado por una caída en el precio del cobre, unida a la debilidad de la economía internacional, que ha repercutido en sus ventas al exterior.
Pese a estos números, el Gobierno estima recuperar hacia fines de este año el ritmo de crecimiento de su economía, tras la desaceleración que ha sufrido en los últimos doce meses.
“Hacia fines de año la economía debería volver a mostrar cifras que nos indiquen un retorno al dinamismo”, afirmó el pasado 25 de junio el ministro de Economía, Fomento y Turismo, Luis Felipe Céspedes.
Céspedes recordó que el país tiene una economía sana, con política fiscal y monetaria sana, “que permiten generar condiciones para la recuperación de nuestro dinamismo”.
El informe del Santander estima que el Gobierno cerrará el año con un déficit de entre 0,9% y 1,2% del Producto Interno Bruto (PIB), mayor al esperado inicialmente.
Pero también entrega una buena noticia al asegurar que las exportaciones netas han comenzado a ganar importancia, reemplazando a la inversión como el motor de crecimiento, lo que con las ya perceptibles mejoras en el mundo desarrollado hacen prever que en este cambio en la composición del crecimiento se mantenga al menos en el mediano plazo.