¿Salas cunas o guarderías?
¿Abrir más salas cunas será una medida significativa para el cambio educacional si la población en general no considera la educación inicial relevante? ¿Por qué la educación inicial sigue siendo pensada sólo como un lugar donde dejar los niños cuando las madres trabajan?
Carolina Valenzuela es Académica y Psicóloga Forense. @CarolinaCVZ
Hace pocos días se firmó el nuevo plan de educación Parvularia que promete la creación de 4.500 nuevas salas cunas, ampliando la cobertura a un 88% en este nivel.
Si bien poco a poco se ha comenzado a considerar la educación inicial como un pilar fundamental para disminuir la desigualdad, esta idea aún no ha logrado asentar sus bases de forma definitiva.
Según la encuesta Bicentenario Adimarck-UC sólo el 22% de las familias considera necesario llevar a un centro de educación Parvularia a niños entre 1 y 2 años, un 43% entre 3 y 4 años y un 60% entre 4 y 5 años, en donde se incluye kínder, el cual es actualmente obligatorio. Por otro lado, el 37% de la muestra considera que los jardines son confiables, mientras un 29% se fía de las salas cunas.
Por tanto ¿Abrir más salas cunas será una medida significativa para el cambio educacional si la población en general no considera la educación inicial relevante? ¿Por qué la educación inicial sigue siendo pensada sólo como un lugar donde dejar los niños cuando las madres trabajan?
Para que la ampliación de la cobertura no quede sólo en la construcción de nuevos centros educativos, es fundamental combinarlo con una nueva percepción con respecto a los educadores y sus funciones, alejándonos de los conceptos de guardería y de un rol netamente asistencialista.
Mientras no exista un cambio de mentalidad respecto a la valoración de la educación inicial y las educadoras que la imparten, y mientras las medidas sigan sin apuntar al fondo de la realidad educativa y las implicancias fundamentales que tienen los profesores en ésta, seguiremos dando vuelta entorno al eje equivocado.