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Actualizado el 25 de Noviembre de 2020

El liderazgo de Arturo Vidal

"De la misma forma debemos gestionar y liderar nuestros equipos de trabajo, con el foco puesto en la meta, estableciendo con claridad las virtudes de cada uno".

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Isaías Sharon es Psicólogo organizacional, coach internacional y consultor. Se ha desempeñado profesionalmente en las áreas de minería, servicios, consultoría y gobierno, en diferentes posiciones relacionadas al coaching ejecutivo, los recursos humanos, el desarrollo organizacional, las comunicaciones y las estrategias.

Durante el pasado partido de Chile contra España fuimos testigos de cómo un líder inspira a todo un grupo y puede alentar las esperanzas de lograr cosas mayores con su sola presencia. Fue así que a pocas semanas de haber salido de su operación, y contra todas las proyecciones de estar en condiciones de entrar a la cancha, Arturo Vidal jugó casi los 90 minutos ante los campeones del mundo y junto al resto de sus compañeros lograron derrotar a los españoles para clasificar a octavos de final de la copa en el segundo partido, algo inédito en la historia de nuestro país.

La ilusión que genera en todos los hinchas de la Selección Chilena ver entrar a Vidal como titular nos muestra cómo ciertos liderazgos pueden subir los ánimos y mejorar la disposición para lograr un objetivo. ¿Cuántas personas como Vidal tenemos en nuestros equipos de trabajo? ¿Cuántos nos ilusionan y lideran cada día al comenzar nuestros desafíos?

Es cierto que el talento individual impacta en el desempeño colectivo de los equipos de fútbol, de la misma manera en que el ánimo del grupo puede traer los mejores o peores resultados de un conjunto repleto de estrellas particulares. Eso es lo que infunden los liderazgos como el que ha demostrado tener Vidal, alguien que con su talento, pero principalmente con la impronta que marca en el césped del fútbol, por medio de sus características personales transmiten pasión, entrega y compromiso.

Esta situación es replicable al interior de cualquier grupo humano, empresa o institución, y es lo que usualmente marca la diferencia entre las jefaturas y los liderazgos al interior de las organizaciones. Están quienes ejercen sus funciones desde el rol o posición en que se desempeñan, pero existen otras personas, que sin importar el cargo en que se encuentren su palabra tiene un valor superlativo para las demás personas, porque su trayectoria, resultados y estilo personal de conducción inspira el respeto y la admiración para ser seguido por sus compañeros.

La capacidad de conducción en lo motivacional, que hace más de una década atrás marcaron fuertemente Zamorano y Salas, y que hoy encarnan nombres como Sánchez, Medel y Vidal, son las figuras que cada equipo de trabajo requiere generar internamente. Aquellos que al ser vistos llegar el lunes a su trabajo, su mera presencia inspira el deseo de seguir adelante con más fuerza y poner lo mejor en la cancha para alcanzar los resultados que el colectivo busca.

Así como en los próximos días todos nos arrogaremos la condición de DT para señalar mejores posiciones, estrategias y requerimientos de los equipos para alcanzar la copa del mundo, de la misma forma debemos gestionar y liderar nuestros equipos de trabajo, con el foco puesto en la meta, estableciendo con claridad las virtudes de cada uno de los jugadores que entrarán a la cancha y aquellos que deberán hacer los relevos cuando sus compañeros estén cansados o el partido pida otra cosa. Al igual que en el futbol, cada día nos jugamos un partido importante que nos podrá convertir en los mejores o dejar rezagados a seguir participando, y que con liderazgo podremos inspirar la confianza y la fuerza para poder llegar más lejos.

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