Hospitales y retroexcavadora
Programas como Elige Vivir Sano, Tolerancia Cero Alcohol, el nuevo ministerio de Agricultura, la reforma al gobierno corporativo de Enami, de ENAP, el pilar solidario de las Fuerzas Armadas y el Consejo Asesor Fiscal, son algunas de las iniciativas que jamás verán la luz.
Karla Rubilar es Diputada Amplitud. Representa a las comunas de Conchalí, Huechuraba y Renca.
Uno de los actos más simbólicos de lo que alguna vez el presidente del PPD calificó como “la retroexcavadora”, ha sido la suspensión permanente de políticas públicas implementadas durante el Gobierno del Presidente Sebastián Piñera.
En total, son más de 30 los proyectos de ley o políticas impulsados por la anterior administración que han sido eliminados o se encuentran en evaluación por decisión del gobierno de Michelle Bachelet.
Programas como Elige Vivir Sano, Tolerancia Cero Alcohol, el nuevo ministerio de Agricultura, la reforma al gobierno corporativo de Enami, de ENAP, el pilar solidario de las Fuerzas Armadas y el Consejo Asesor Fiscal, son algunas de las iniciativas que jamás verán la luz.
Las razones: ideología pura. No se ven evaluaciones, ni argumentos que expliquen la suspensión de programas que ya están funcionando, y que ni siquiera cuentan con otro que los reemplace.
Finalmente, a cambio de una frase para la galería, el Gobierno toma malas decisiones, las que terminan afectando directamente a quienes más lo necesitan.
En el área de la salud, la situación es dramática. El Gobierno de Michelle Bachelet decidió suspender la política de concesiones de hospitales, afectando directamente a más de 6 millones de chilenos que no saben si en los próximos cuatro años contarán con un recinto que atienda sus necesidades.
Lo esta viviendo la gente de Puente Alto en el Sotero del Río, que fue sacado de la lista de concesiones y no hay plazo para su construcción. En situación similar esta la Red Hospitalaria V Región Cordillera, el Hospital de Curicó, el de Linares, Chillan.
Y todo indica que seguirán esperando, porque el listado de prioridades está claramente mal hecho.
El sistema de concesiones para realizar obras públicas fue inaugurado por Ricardo Lagos. Su mandato se caracterizó, de hecho, por la construcción de las llamadas “supercarreteras”, y con eso consiguió dotar a Chile de un mejor sistema de conexión (clave dada nuestra geografía), pero a muy bajo costo. En pocas palabras, permitió el ingreso de los privados.
Es entendible que en un contexto político donde el lucro está satanizado, se opte por anunciar con bombos y platillos que, desde ahora en adelante, todos los hospitales se construirán con platas del Estado.
Suena bien, pero finalmente significa que los escasos recursos que tenemos, se van a utilizar en construir hospitales y no en mejorar la calidad de los que ya existen. Tal como ocurre en el caso de la reforma a la educación, el Estado invertirá millones de dólares en comprar fierros (hospitales y consultorios vacíos), y no tendrá cómo implementarlos de buena forma.
El Estado tendrá menos recursos para mejorar los sueldos de los profesionales, para tener más especialistas. Tampoco habrá recursos para mejorar las condiciones en que se atiende la gente, ni para que haya más medicamentos e insumos, ni equipamiento para exámenes.
Es urgente que el Gobierno tome una decisión. La tesis de la retroexcavadora no puede ser más poderosa que el anhelo de mejorar la calidad de vida de los chilenos.