Selección nacional
No es exagerado entonces, pedir que nuestra “selección” a nivel administrativo, nuestras autoridades y la clase política, tanto oficialista como de oposición, tengan la misma exigencia, la misma entrega al máximo de sus capacidades para resolver los problemas reales de la gente.
Felipe Arteaga es Arquitecto, director ejecutivo de Fundación Vivienda y docente UFT. Diplomado en Políticas Públicas PUC, cuenta con más de 9 años de experiencia en el desarrollo y gestión de proyectos urbanos, de vivienda y equipamiento público/privado.
Terminó la participación de la Selección Nacional en el Mundial de Fútbol de Brasil y todo parece volver a la normalidad. Mucho podemos aprender de la experiencia de los jugadores chilenos en el partido contra Brasil, replicando su esfuerzo en otras esferas de nuestra vida cotidiana. Durante el Mundial, todos los ojos estuvieron puestos en lo que pasaba en Brasil, pero hay temas que no se pueden soslayar. Tal como vimos en Sao Paulo, donde los brasileños salieron a las calles para exigir sus demandas aun cuando había partidos desarrollándose en el estadio de esa ciudad, en Chile no podemos dejar de lado nuestras urgencias.
Mucho se comenta ahora, cuando “la Roja” ya volvió y pasaron los homenajes, que “termina el Mundial y se viene la Copa América 2015”, finaliza un compromiso y ya estamos con la mente puesta en el siguiente. Sin embargo, hay muchas familias en Chile que viven en emergencia permanente sin poder “pasar al siguiente desafío”: hablamos de las personas que viven de allegadas, en campamentos, los que resultaron damnificados tras el incendio en Valparaíso o en el terremoto en Iquique. Cientos de adultos, niños y niñas, adultos mayores que vieron triunfar a la Selección y esperan más alegrías deportivas, pero que viven con su derecho a la vivienda permanentemente vulnerado.
Los jugadores de la Selección chilena demostraron que se puede entregar todo para alcanzar un objetivo, aunque muchas veces las herramientas y recursos sean limitados (lesiones, estatura, experiencia). Los chilenos fuimos testigos de cómo el equipo se entregó al máximo de sus capacidades, sin rendirse. No es exagerado entonces, pedir que nuestra “selección” a nivel administrativo, nuestras autoridades y la clase política -tanto oficialista como de oposición-, tengan la misma exigencia, la misma entrega al máximo de sus capacidades para resolver los problemas reales de la gente, como el hecho de que en el Chile moderno, del progreso y bienestar, todavía hayan miles de familias sin una vivienda digna, que les permita sentirse (y ser) parte de este país. Lo vimos en el Mundial y lo queremos seguir viendo en nuestro país, con las prioridades de las personas en situación de pobreza, con la necesidad de justicia, con los que no tienen un lugar digno para vivir.