Una mejor Reforma Tributaria
"Hoy el país enfrenta una mejor reforma tributaria. No será estéril en cuanto a sus efectos sobre la economía, pero al menos ya no ahoga la iniciativa privada ni el espíritu emprendedor".
Gustavo Díaz Santis es Economista Instituto Libertad.
Finalmente, y después de intensas negociaciones, el pasado martes se alcanzó un consenso entre las distintas coaliciones políticas y el Gobierno en cuanto a los ajustes al proyecto de reforma tributaria que se discute actualmente en el Congreso Nacional, el que se formalizó a través de un protocolo de acuerdo que será la base para las indicaciones que ya se están redactando. Un importante rol le cabe a los representantes de la actual oposición, ya que dejaron en evidencia los peligros de legislar siguiendo los planteamientos del Gobierno, y tuvieron la capacidad de hacer reflexionar a las autoridades para que la reforma tributaria no disminuya el dinamismo de una economía emergente como la chilena.
Si bien el proyecto de reforma tributaria no transa en cuanto al monto que se pretende recaudar, esto es US$8.200 millones (3% del PIB), lo cierto es que se han logrado importantes modificaciones en mecanismo a utilizar, en circunstancias en que la forma en que se busca alcanzar esa recaudación no es indiferente al contexto económico por el que atraviesa el país.
Sin duda, uno de los aspectos más cuestionados en el proyecto original era el que aumentaba la tasa de impuesto de primera categoría desde 20% a 25%, cambiando la base de tributación desde renta efectiva a renta atribuida, mientras que en paralelo eliminaba el Fondo de Utilidades Tributarias (FUT). Mucho se advirtió sobre los negativos efectos que esta medida tendría sobre el ahorro e inversión de las empresas, y en consecuencia, de la capacidad de estas para hacer frente a un entorno dinámico, competitivo y en permanente cambio. Más aún, esta situación se extendería a la economía en general, disminuyendo peligrosamente la tasa de inversión en capital fijo, pilar del crecimiento y desarrollo económico del país en los últimos 40 años.
El protocolo de acuerdo alcanzado modifica significativamente la intención original del Gobierno. Por una parte, además de mantener la eliminación del FUT y de implementar un régimen integrado con atribución de rentas que actualmente señala el proyecto, con una tasa de primera categoría en 25%, más la aplicación de los impuestos global complementario (tasas entre 0% y 35%), más adicional en 35%, se incorporará un sistema parcialmente integrado de tributación, con una tasa de impuesto de primera categoría en 27%. En este caso, los dividendos o retiros se gravarán además con los impuestos global complementario o adicional, con derecho a deducir como crédito un 65% de la tasa vigente del impuesto de primera categoría al momento de retiro o distribución del dividendo. Los contribuyentes podrán optar entre ambos regímenes.
Por otra parte, para las empresas de menor tamaño se ha acordado llevar el tope máximo para acceder al régimen de renta presunta desde ventas anuales por UF 2.400 que propone el proyecto a UF 5.000 en el caso de empresas del rubro Transporte; UF 9.000 para empresas agrícolas y a UF 17.000 en el caso de empresas mineras. Además, para las Pymes, junto ampliar la definición desde ventas anuales por UF 25.000 a UF 50.000, se acordó que aquellos contribuyentes de este régimen que sean socios de sociedades de personas o por acciones, ambas formadas exclusivamente por personas naturales, a partir de 2017 podrían eximirse del pago de impuesto de primera categoría.
Era fundamental revertir el error que se estaba cometiendo en el proyecto original. El Ahorro es clave para el desarrollo económico. En las últimas tres décadas el ahorro ha pasado desde tasas fluctuantes de 10% una estable de 20% en la actualidad. Y el ahorro financiero se mantienen creciendo progresivamente desde tasas de 10% en los ’70 a un 95% del PIB en los 2000. Este es el mercado de capitales que ha permitido un mayor bienestar y calidad de vida a la inmensa clase media del país, permitiendo créditos hipotecarios a 30 años y tasas de interés del orden de 4%.
Hoy el país enfrenta una mejor reforma tributaria. No será estéril en cuanto a sus efectos sobre la economía, pero al menos ya no ahoga la iniciativa privada ni el espíritu emprendedor que ha llevado a Chile a uno de los lugares privilegiados en cuanto a desarrollo y calidad de vida.