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Actualizado el 25 de Noviembre de 2020

Estadio Gary Medel San Carlos de Apoquindo

"Porque el hincha de Católica no es sólo el que en su auto se demora diez minutos desde su casa a San Carlos".

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Cristian Steffens Z. es Periodista de profesión, Cruzado de nacimiento. Panelista en @Planeta_UC, todos los lunes a las 19:30 horas por Radio Sport Chile.

Muchos nos perdimos el inicio del segundo tiempo el sábado en San Carlos. Los gritos y aplausos nos llevaron inevitablemente a fijar la mirada en la galería sur. Entre la gente, en el corazón de la barra, subía caminando Gary Medel.

Sólo minutos antes había recibido en el centro de la cancha el homenaje de las 10 mil personas que llegaron a ver el debut de la UC en el torneo de Apertura. Los cánticos y aplausos cayeron en forma espontánea desde las tribunas, pero todos sabemos que “el Gary” merece más.

Cruzados agregó al cariño de la gente varios regalos. El más llamativo, el casco de una armadura cruzada con la inscripción “Medel 17”. El más simbólico, un video con varios hinchas de la UC diciendo “Yo soy Gary”. Y eso, es cierto.

Es cierto, porque mientras Gary Medel se saca la polera y canta en medio de la barra, a su alrededor hay miles como él. Cuando chico, Gary viajaba cerca de tres horas desde Conchalí hasta San Carlos de Apoquindo para entrenar. Eso mismo, lo hacen miles de hinchas cada vez que juega la UC. Desde Renca, Puente Alto, San Bernardo, Pudahuel o Maipú. Desde Concepción, Talca, Rancagua o Valparaíso.

Porque el hincha de Católica no es sólo el que en su auto se demora diez minutos desde su casa a San Carlos. Porque el jugador de la UC no es sólo el rubiecito que eligió jugar al fútbol. Porque Católica no es sólo el club de la precordillera asociado a la elite del país. Somos eso, y mucho más.

Cuando Gary Medel deja el palco oficial de San Carlos, para irse a la galería, nos recuerda que la UC no es sólo Las Condes, sino que los 20 primeros años de nuestra historia se escribieron en Independencia.  Cuando Gary Medel  juega el Mundial desgarrado, nos recuerda que Mario Lepe se fracturó cinco veces y nunca dejó de vestir la franja. Cuando Gary Medel se da vuelta en su auto y salva ileso, nos recuerda que una depresión nos quitó para siempre a uno de nuestros ídolos.

Por eso Gary Medel merece más. Porque cuando a muchos les gusta creer que la UC es un club de unos pocos, Gary demuestra que es transversal. Porque cuando a muchos les gusta creer que en Católica somos “pechos fríos”, Gary les demuestra que la UC es corazón. Porque cuando algunos creen que el hecho de que él sea cruzado es un accidente, Gary se tatúa en el pecho la insignia de su pasión.

Y si nuestra cruz está en su piel, por qué su nombre no puede estar en la nuestra. Gary Medel representa a esa UC que por momentos los prejuicios logran dormir.  El fútbol no es de nicho, sino de masas, y hoy es uno de los nuestros quien nos inspira a despertar de ese letargo en el que varios de los nuestros también han caído. Y para hacerlo, por qué no rebautizar nuestra casa,  resignificar lo que algunos creen que somos por lo que siempre hemos sido.

Porque Gary Medel merece más y la UC merece más. Podemos ser más grandes,  y si Gary Medel le ganó a la vida, nosotros podemos ganarle a cualquiera. Eso, deben saberlo los cruzados de hoy y los que vengan, y una gran forma de recordarlo por siempre,  es cada fin de semana recibir a los nuestros y a los rivales con la más inspiradora de las bienvenidas al “Estadio Gary Medel San Carlos de Apoquindo”.

 

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