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Actualizado el 25 de Noviembre de 2020

Distorsión de precios en la educación

El sistema de Universidades se basa en el mercado, donde dupolios compiten por los mejores y los mejores compiten por estar ahí y quienes están ahí compiten por entrar, mantenerse y la competencia que generan da pie al comportamientos de las demás Universidades y también, al ser las referencias, entonces, entregan el precio de referencia para todas las demás, aunque sea estatal.

Por Alejandro Maureira
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La información mejora el proceso de toma de decisiones, eso incluye a sostenedores y otros que al saber cuánto es el “copago” y la cantidad de alumnos que recurrirán a él, puede fijar -y fijará- su precio en base a él.

En simple. Si usted vende algo y sabe que estoy dispuesto a pagar “x” por eso: ¿cuánto me cobrará?. (i) Podría rechazarlo dado que no cubre sus costos (marginales) o (ii) podría optar por cobrar menos porque es lo “justo”, pero, ¿para quién?. Si cobra menos, está negando la posibilidad de mejores salarios, mejor infraestructura, etc. Si cobra “x”, parece justo, dado que (1) eso es lo que se está dispuesto a pagar y aunque cubra sus costos, podrá realizar mayor inversión en su capital humano, tecnología, etc. en favor de los alumnos, profesores, trabajadores, etc.

Si ese “x” lo da el Estado, ¿cuánto es lo mínimo que cobrará? y, sí aumenta el co-pago, ¿cuánto es lo mínimo que cobrará?. Las subvenciones distorsionan los precios y en el largo plazo crean estructuras ineficientes, en costos.

Una solución es a través del mercado, creando oferta, es decir, muchos colegios de excelencia a diferentes niveles de copago. Familias competiendo por cupos, alumnos compitiendo, colegios compitiendo, etc. ó entregar y destinar a cada quien a un establecimiento por ley y san se acabo. 

El sistema de Universidades se basa en el mercado, donde duopolios compiten por los mejores y los mejores compiten por estar ahí y quienes están ahí compiten por entrar, mantenerse y la competencia que generan da pie al comportamientos de las demás Universidades y también, al ser las referencias, entonces, entregan el precio de referencia para todas las demás, aunque sea estatal.

Cabe la pena preguntarnos, por qué lo permitimos en Universidades, está competencia de mercado, media ajustada con puntos más o menos en una PSU -en nuestro peculiar sistema social de mercado- pero, cuando se trata de colegios el solo hecho de proponer, competitividad a través del “mercado” suena mal, éticamente incorrecto. Para mi la respuesta está en que la educación es un derecho, por ende, todos deben poder participar en ella. La duda es hasta qué etapa. ¿Es un derecho para los párvulos que requieren de estimulo?, ¿es un derecho la educación escolar?. Hasta ahí mi respuesta es sí, sin duda y debe serlo. ¿Es un derecho la educación técnico profesional y/o Universitaria?. Es un deber, sin duda, pero derecho ¿para todos?. Ese “todos” me refiero a alguien que estará toda su vida en una sola carrera, no a los aplicados, esforzados, es decir los más “aptos” ¿no es eso segregador?. Más dudas que respuestas.

Gratuidad para todos, me parece financieramente irresponsable dada las múltiples necesidades que tenemos, pero, y como he escrito antes, la gratuidad de calidad compitiendo contra mixtos y privados, donde hay muchos, me parece sano, al menos, en relación al efecto a bajar los precios de mercado y reconociendo que esta es un derecho. 

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