Cruzados SADP: háganlo por los niños
"Tiene una gestión que destaca en lo comercial, pero en lo futbolístico deja mucho que desear, y éste, es un club de fútbol".
Cristian Steffens Z. es Periodista de profesión, Cruzado de nacimiento. Panelista en @Planeta_UC, todos los lunes a las 19:30 horas por Radio Sport Chile.
Creo que nunca me había pasado. La UC jugaba ante Santiago Wanderers y camino a San Carlos de Apoquindo no tenía la certeza de que íbamos a ganar. Ni siquiera esa ingenua ilusión que más de alguna vez he tenido. Siempre he ido al estadio pensando que ganamos, pero esta vez, no sabía a qué iba.
Y era mejor no saber. Lo del domingo en San Carlos fue un desastre. No hay otra forma de llamarlo, cuando van cinco fechas de torneo y ya prácticamente no tenemos opciones de ser campeón. Son tres derrotas en cinco partidos, estamos a siete puntos del líder y hay once equipos por sobre Católica, con más posibilidades de quedarse con el título.
Pero el mal juego y el mal rendimiento es solo la tapa de esta olla cuya presión en algún momento la va a hacer estallar. Y ese momento parece estar más cerca que lejos. La solución ya no pasa por cambiar al técnico o incluso a los jugadores. Hoy todo parece estar podrido en la UC.
La pena, la rabia y la frustración nos tienen al borde del abismo, a todos. Fueron 10 mil personas las que llegaron a San Carlos, pese al horrible momento por el que pasa el equipo, algo de lo que muy pocos equipos pueden jactarse, pero la irracionalidad de algunos logra que eso pase a segundo plano.
Ver a “hinchas” encaramados en la reja insultando al “Huaso” Álvarez es una vergüenza.
Poco se le puede pedir a quien ha dado todo por la UC y que de seguro siente este mal momento tanto como los hinchas. Porque el discurso del “huevo” y el “aguante” se convierte en la mejor forma de desviar el foco del que realmente es el problema de fondo en Católica: una crisis institucional.
Necesitamos un remezón que traiga cambios, desde los dirigentes hacia abajo. Cruzados SADP tiene una gestión que destaca en lo comercial, pero en lo futbolístico deja mucho que desear, y éste, es un club de fútbol. Y lo peor de todo, es que eso difícilmente va a cambiar, si quienes toman las decisiones en la concesionaria siguen siendo lo mismos que llevan años al mando, y cuyos resultados están a la vista.
Reinventarse en el éxito es un arte, y hacerlo en el fracaso es una necesidad. Lamentablemente, el último es nuestro caso. Necesitamos dirigentes que sientan hambre, la misma que se le pide a los jugadores. Personas que al igual que los hinchas sientan la necesidad de ganar campeonatos y no conformarse con hacer lo mejor posible.
Necesitamos cambios que partan por el fin de la autocomplacencia directiva que hasta ahora sólo se ha desligado de los errores, cargando el peso casi exclusivamente en cuerpos técnicos y jugadores, que después de años de fracasos lo que menos necesitan es sentir la responsabilidad absoluta ante las derrotas.
Los liderazgos que cosechan éxitos son aquellos que son capaces de asumir las responsabilidades para permitir que quienes están abajo puedan trabajar tranquilos. Eso en Católica no ocurre y es imperativo que quienes hoy dirigen el club lo hagan, y si no están dispuestos, que den un paso al costado para que asuman ese deber quienes sí lo están.
Si no les preocupa quienes hoy sufren por la UC, háganlo por los niños. Si algo ha demostrado el hincha de Católica es que hemos estado, y estaremos, incluso en las peores situaciones. Pero a los más chicos hay que darles argumentos. Nosotros los tuvimos en la infancia, para defendernos de las burlas o reencantarnos en las derrotas, ellos hoy parecen no tenerlos. Si los fracasos alejan a los niños de vestirse con la franja, alejamos también nuestro futuro, y ante eso, no podemos transar.