Chile en sus operaciones de paz
¿De qué se beneficia nuestro país con estas misiones? Al margen del noble compromiso que tiene Chile con la paz global, se suma el correcto diagnóstico sobre la vulnerabilidad del país ante crisis políticas y económicas internacionales.
Antonio Canale-Mayet es Cientista internacional del Instituto Libertad.
Escasa importancia dio la prensa a la visita y declaraciones que realizó recientemente el ministro de Defensa, Jorge Burgos, a Bosnia-Herzegovina para conocer en terreno la labor desarrollada por militares chilenos en la zona. Está claro que en ello, así como en otras misiones, no hay un interés político sino que la participación chilena obedece al requerimiento de Naciones Unidas para que sea parte de los esfuerzos de conservación, consolidación e incluso imposición de la paz, como parte de nuestros principios de política exterior.
Poco se sabe que en breve se cumplirán 80 años desde que Chile conformó la Comisión Militar del Chaco Oriental en 1935, para velar por la paz entre Bolivia y Paraguay. Luego acudiría al llamado de la recientemente conformada ONU y su Consejo de Seguridad, enviando observadores a supervisar la tregua en el conflicto que sostenían India y Pakistán en 1948.
Hoy Chile se mantiene activo en distintas misiones en el mundo y a distintos niveles, siendo la más reconocida la que desarrolla en Haití. Desde 1967 está en Palestina a través de la misión UNTSO; desde el 2000 en Kosovo; el 2003 en Chipre, y desde el 2005 está en Bosnia Herzegovina a través de la misión Althea.
¿De qué se beneficia nuestro país con estas misiones? Al margen del noble compromiso que tiene Chile con la paz global, se suma el correcto diagnóstico sobre la vulnerabilidad del país ante crisis políticas y económicas internacionales. Porque el cierre de rutas comerciales o la imposición por la fuerza de un régimen no democrático, o potencia extranjera en el territorio de un aliado político o vecino, van en directo detrimento de la seguridad y el desarrollo de nuestro país.
Ante la diversidad de los conflictos actuales, creemos que es necesario optar por una política clara sobre participación en operaciones de paz, que no sólo incluya los principios e intereses de política exterior, sino también que establezca criterios explícitos sobre priorización de recursos materiales y humanos.
Creemos que en justificar nuestra opción para las misiones del futuro está la ruta a seguir para evitar la politización que teme el Secretario de Estado.