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Actualizado el 25 de Noviembre de 2020

El Imposible Consenso Energético

Consideramos inapropiado elaborar una política de Estado energética si antes no se ha discutido el tipo de sociedad en la que los ciudadanos queremos vivir el año 2050

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Manuel Baquedano es Sociólogo de la Universidad Católica de Lovaina, Bélgica, fundador y presidente del Instituto de Ecología Política, IEP, y autor de La Batalla de Ralco y Tu Huella Ecológica.

El Ministro de Energía chileno ha invitado a distintos sectores de la sociedad a definir una política de Estado para el desarrollo energético de Chile de aquí al año 2050. Sin querer restarle valor a dicha iniciativa, los ambientalistas y ecologistas organizados, hemos decidido no participar en dicho ejercicio por tener visiones divergentes sobre el Chile que queremos para las próximas décadas.

En efecto, la actual crisis energética chilena y la forma de superarla ha revelado la existencia de dos visiones, dos modelos energéticos que están en pugna. El dominante, que denominamos fósil-nuclear, y el renovable que está en Chile – a diferencia de otras partes del mundo- en su etapa de emergencia o nacimiento.

El modelo fósil, además de caracterizarse por el uso de energías que se extraen de las entrañas de la tierra como el carbón, petróleo y gas, que se agotan y no se renuevan, posee una peculiaridad muy importante: es un modelo energético centralizado. Es decir, un modelo donde el “abastecimiento energético está organizado por un consorcio de gran tamaño con múltiples dependencias”, tal como puede apreciarse hoy en Chile, donde tres consorcios corporativos –Endesa, Colbun y Gener– generan y distribuyen el 90% de la electricidad en el país.

Esta realidad contrasta enormemente con un modelo energético renovable, centrado en el desarrollo de las Energías Renovables No Convencionales (ERNC), que corresponde a una visión descentralizadora del abastecimiento energético, autónomo y modulado con tecnologías diversas que satisfacen necesidades escalables desde el nivel individual, local y regional hasta el nacional.

El actual modelo está agotado, esto es ya un hecho irrefutable para los ambientalistas y ecologistas de la mayor parte del mundo. En el caso de la energía nuclear, el año 2013 representó tan solo el 10,8% de toda la energía eléctrica generada en el mundo con esta fuente energética, cuando hace una década representaba cerca del 16% al año. Y todas las estimaciones oficiales señalan que la importancia relativa de la electricidad generada con fuentes nucleares seguirá bajando. La misma tendencia comienza a observarse para las energías fósiles.

Como el actual modelo energético está agotado y no tiene futuro por estar basado en el uso de energías primarias no renovables, los ecologistas estimamos que al planeta no le queda otra alternativa que reemplazar este viejo modelo energético moribundo por uno nuevo, que utilice como fuente primaria al Sol, que por definición es inagotable o mejor dicho, se extinguirá en varios millones de años y no en unas cuantas décadas como pasará con el petróleo y el gas.

En un contexto tan decisivo para la vida de los chilenos, consideramos inapropiado elaborar una política de Estado energética si antes no se ha discutido el tipo de sociedad en la que los ciudadanos queremos vivir el año 2050. Hacerlo sin antes abrir este debate nos parece un intento de perpetuación del modelo energético dominante, el cual por lo demás, no ha hecho bien su trabajo al entregarnos un servicio caro, inseguro, contaminante y sucio.

Descartada ya la energía nuclear y los mega emprendimientos de hidroelectricidad, pensamos que el país podría orientarse sin demora hacia la implementación del modelo energético renovable. Es en torno a la transición energética donde el actual gobierno puede encontrar un campo de entendimiento a largo plazo con el movimiento socio ambiental, de modo que con las inversiones que ya se están materializando en ERNC más otras que vendrán pronto podamos tener un país 100% renovable para el 2050. Así lo están haciendo muchos países como Alemania, Dinamarca y más cerca nuestro, Uruguay, país que ya tiene su matriz eléctrica compuesta en un 71 % por energías renovables.

Si el 100% renovable es una meta posible en otras partes del mundo, ¿por qué no lo vamos a poder hacer en Chile?

 

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