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Actualizado el 25 de Noviembre de 2020

Megaeventos como impulsores de la economía de los países

Para los países anfitriones, lo importante de organizar un mega-evento de forma exitosa, debe ser el incremento de las inversiones extranjeras y del comercio y por consiguiente, de la confianza en la nación, a modo de posicionarse en el escenario internacional y mejorar la imagen país.

Por Vicente Neto
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Vicente Neto es Presidente de EMBRATUR (Instituto Brasileño de Turismo)

Para Brasil, haber sido el anfitrión de la Copa del Mundo 2014 fue una gran oportunidad para la imagen de nuestro país. Logramos superar el desafío de recibir a más de 1 millón de turistas, provocando un aumento significativo de visitantes, promoviendo el comercio interno, la ocupación hotelera y la generación de empleos.

La Copa del Mundo y los Juegos Olímpicos 2016 posicionarán a Brasil en el escenario internacional como un país capaz de acoger a grandes números de visitantes. Gracias a ello, el turista puede experimentar lo que es el país, su infraestructura, cultura, su gente y gastronomía, formando una opinión y generando una fuerte conexión emocional con el país, que a través del efecto “boca a boca”, alienta a otras personas alrededor del mundo a recorrerlo y también a hacer negocios.

La visibilidad que el país ha obtenido con este mega-evento, ha logrado la apertura a nuevos mercados turísticos como el colombiano, mexicano y australiano, muchos de los cuales llegaron a Brasil por primera vez. Hoy hay seis millones de extranjeros que nos visitan durante el año y la meta del Plan Nacional de Turismo es ampliar ese número en los próximos años.

Los Juegos Olímpicos representan el próximo desafío para Brasil, al ser uno de los eventos más importantes, que convoca a 10.500 atletas de 200 naciones. Por primera vez en la historia, Sudamérica será la sede de estos juegos y por ello habrá un aumento especial del flujo turístico de sudamericanos, como parte del fortalecimiento del turismo intra-regional con una expectativa de aproximadamente 380.000 turistas.

La inversión para los JJ.OO será de US$ 14.000 millones, lo cual provocará internamente transacciones económicas por US$ 51.000 millones. La proyección es que se generen, en promedio, 120.000 empleos anuales durante la fase de preparación y realización de los Juegos. El impacto esperado es de US$ 11.000 millones para el PIB entre 2009 a 2016 y US$ 13.500 millones desde 2017 hasta 2027.

Río de Janeiro será la ciudad que albergará estos JJ.OO, lo cual ha acelerado la realización de 27 proyectos de infraestructura y políticas públicas de la ciudad, incluyendo la remodelación de la Zona Portuaria, la expansión del metro, medidas de protección del medio ambiente, urbanización e instalaciones deportivas. Serán 37 recintos para competencia y una Villa Olímpica de 534.000 m2 con más de 10 mil habitaciones para albergar a los atletas. Para el fútbol, habrá juegos en otras ciudades además de Río, como Brasília (DF), Sao Paulo (SP), Belo Horizonte (MG) y Salvador (BA).

Para los países anfitriones, más allá del ámbito económico y del aumento específico del PIB, lo importante de organizar un mega-evento de forma exitosa, debe ser el incremento de las inversiones extranjeras y del comercio y por consiguiente, de la confianza en la nación, a modo de posicionarse en el escenario internacional y mejorar la imagen país.

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