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Actualizado el 25 de Noviembre de 2020

Falta de prudencia

Conociendo el escenario de desaceleración de nuestra economía y el crecimiento constante de la tasa de desempleo, no puede sino extrañar que el Ejecutivo insista de manera incansable en poner sobre la mesa su agenda laboral, la cual responde en general a las pretensiones manifestadas por la CUT.

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Sergio Morales Cruz es Abogado de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, es investigador del Programa Legislativo y Constitucional de Libertad y Desarrollo. El abogado se desempeñaba anteriormente en el Estudio Jurídico y Consultores Ventura y Asociados.

La señalética presente en las calles y carreteras de nuestro país tiene como principal función informar y prevenir a conductores y peatones acerca de las condiciones del tránsito y así evitar accidentes.

Del mismo modo, las cifras que informan del crecimiento económico y el frenazo en la generación de nuevos puestos de trabajo cumplen una función sorprendentemente parecida, toda vez que son una especie de avisos luminosos que dan cuenta de la situación económica y laboral de un país, con el fin de advertir a los incumbentes acerca de las conductas que se deben adoptar con miras a evitar la ocurrencia de situaciones lamentables, en este caso la recesión y aumento significativo de la cesantía.

Así las cosas, conociendo el escenario de desaceleración de nuestra economía y el crecimiento constante de la tasa de desempleo, no puede sino extrañar que el Ejecutivo insista de manera incansable en poner sobre la mesa su agenda laboral, la cual responde en general a las pretensiones manifestadas por la CUT, organismo que representa un porcentaje minoritario de trabajadores guiados por dirigentes de un sector político bastante definido.

Esta agenda se refiere a varias modificaciones legales que dicen relación principalmente con el fortalecimiento de la sindicación, la extensión de la negociación colectiva y de la huelga, entre ellas, la eliminación de los trabajadores de reemplazo, piso mínimo de negociación, titularidad sindical, sindicación automática, etc. Estos anuncios, dada la situación actual, no responden a medidas que busquen impulsar la economía y que al mismo tiempo incentiven el aumento y la mantención de las plantas de trabajadores, sino por el contrario, generan dudas generalizadas en todos los actores acerca del contenido y consecuencias reales de estas propuestas. Además, no es menor considerar que con la actual desinformación acerca de la lógica del Código del Trabajo y mal énfasis en la difusión en el mensaje sobre el alcance estas medidas pueden ser detonantes que hagan proliferar la conflictualidad laboral y la paralización de las empresas.

Siguiendo la lógica de las normas del tránsito, la situación actual es un aviso de peligro, por lo que el conductor debe tomar mayores medidas de precaución, entre ellas ir más atento a las condiciones del tránsito y reducir la velocidad, por lo que es lamentable que el Ministerio del Trabajo insista con esta reforma, incluyéndola recientemente dentro de las prioridades legislativas de este Gobierno, lo cual demuestra cómo este conductor ha puesto el pie en el acelerador, desatendiendo la señalética de peligro.

En estos momentos debemos valorar la prudencia y el diálogo, de modo tal de poner los incentivos de manera inteligente en aquellas medidas que contribuyan a reactivar la economía y a dar mayor dinamismo al empleo con toda la responsabilidad que ello conlleva, pues una mala maniobra en esta pista puede significar que muchos emprendedores y trabajadores podrían perder sus puestos de trabajo.

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