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Actualizado el 25 de Noviembre de 2020

Lo que olvidamos en la discusión sobre las ATE

"Ahora que se está regulando el lucro y que se obligará a la licitación de las ATE, es una buena oportunidad para incentivar la creación de agencias que además de entregar capacitación, también acompañen en terreno a los docentes".

Por Marcela Marzolo
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Mucho se ha escrito y se ha hablado en los últimos días de las Agencias de Asistencia Técnica Educativa (ATE), centrando el debate en torno a si éstas debiesen o no lucrar. Sin embargo, en varias ocasiones se ha pasado por alto la importancia de estas agencias como proveedoras de un servicio que hoy día nadie más puede entregar a establecimientos que pertenecen al sector público.

Como fundación que ofrece capacitación, acompañamiento e instancias de trabajo colaborativo a las escuelas y a la comunidad educativa en general, nos interesa poner el foco en los logros que estas Agencias han alcanzado desde su funcionamiento y en sus desafíos, más que en el lucro o no de sus dueños.

Creemos que es importante –especialmente ahora que la indicación sobre esta materia ya fue aprobada en la Comisión de Educación– velar por la calidad de sus programas y por una mayor fiscalización de las agencias, pues sabemos que existe una oferta muy variada y diversa de las mismas.

Un número importante de ellas, por ejemplo, apoya a la escuela a través de la entrega de materiales y de visitas periódicas -variando la frecuencia de una ATE a otra- pero pocas realizan un acompañamiento real a los docentes y directivos, que generen cambios sustantivos en las prácticas educativas. Más aún, incluso habiendo agencias que generen estas mejoras considerables, existe poca evidencia e investigación respecto de los efectos reales de estas intervenciones, lo que limita la diseminación de buenas prácticas entre las mismas, que pudiesen ayudar a otros establecimientos a mejorar.

En ese sentido, uno de los puntos más importantes es asegurar que estos organismos  entreguen un servicio que se traduzca en un mejoramiento integral a la escuela y que involucre a toda la comunidad educativa. Nuestra experiencia con el proyecto “Un Buen Comienzo” nos ha demostrado que las verdaderas mejoras en la escuela se construyen a partir del desarrollo de capacidades en las educadoras y en los directivos -además del trabajo constante con las familias- a través de acompañamientos en el aula y del uso de metodologías que faciliten la evaluación y el seguimiento.

Ahora que se está regulando el lucro y que se obligará a la licitación de las ATE, es una buena oportunidad para incentivar la creación de agencias que además de entregar capacitación, también acompañen en terreno a los docentes, para que estos puedan ir poniendo en práctica lo aprendido y logren reflexionar en relación a sus propios aprendizajes y a los de los niños.

Estamos convencidos de que no basta con dictar un curso teórico y con entregar materiales didácticos. En educación hacen falta propuestas más integrales y la coyuntura nos puede servir para generar esos cambios sustentables.

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