¿Ley de cuota para jóvenes?
Para los jóvenes, disputar espacios de elección popular es difícil, pero lo será aún más si los mismos partidos políticos no garantizan la participación de sus propios militantes jóvenes en sus estructuras y no se cuentan con espacios suficientes para que podamos alcanzar espacios entre la dirigencia.
Felipe Parada es Ex dirigente estudiantil. Ciudadano de izquierda/ trabajando en @JovenesXAC / coordinador FDS IC.
No es novedad para nadie que la participación de los jóvenes en política es minoritaria y que, salvo unas cuantas excepciones, esta participación se queda solamente en la disputa de centros de estudiantes o federaciones universitarias. Soy joven, participo en política y soy un convencido de que somos los convocados a cambiar Chile; sin la fuerza de los jóvenes, los temas que son realmente de nuestro interés permanecerán fuera de la palestra pública, especialmente frente a la hegemonía de gente que desatiende constantemente la voz de las mayorías en favor del mantenimiento del statu quo, sin romper los esquemas nuestra sociedad, la que hace años viene presentado síntomas de obsolescencia.
Los jóvenes históricamente hemos estado luchando por formas más justas y dignas de vida en sociedad; luchando desde la calle. El referente más reciente de nuestra lucha es la Movilización Estudiantil de 2006 (que tuvo como consecuencia las posteriores movilizaciones de 2008 y 2011), año en que salimos a denunciar la crisis del modelo educacional y a exigir una reestructuración inmediata, pero nuestra fuerza no podía quedar únicamente en la marcha y la lucha callejera, fue necesario ir y disputar terreno en los espacios donde la institucionalidad se escondía de la calle. Avanzamos al Congreso con la elección de Camila Vallejo, Karol Cariola, Gabriel Boric y Jackson, pero cuatro diputados son evidentemente insuficientes. Tenemos que disputar aún más terreno y disputarlo en espacios aún más diversos.
Sin nosotros, fuerza de la juventud, seguirá existiendo aquel espacio vacío a merced de esos que no quieren que nuestra sociedad cambie, esos conformistas que con unos pequeños parches son felices.
Los jóvenes y los partidos políticos
Para los jóvenes, disputar espacios de elección popular es difícil, pero lo será aún más si los mismos partidos políticos no garantizan la participación de sus propios militantes jóvenes en sus estructuras y no se cuentan con espacios suficientes para que podamos alcanzar espacios entre la dirigencia. En esto reside el ineludible pronunciamiento de los partidos sobre una moción que garantice la participación de los jóvenes en la política a través de algún sistema de cuotas.
Hablar de una acción positiva que beneficie a los jóvenes no es una idea loca. Si la participación no se da manera natural, entonces debe estar garantizada por la ley, al igual que la moción de ley que pretende garantizar la participación de las mujeres en la política a través de cuotas. Avanzar en la reglamentación de la participación juvenil en política, es avanzar en más y mejor democracia.
La participación en elecciones populares
En línea con asegurar la participación de los jóvenes en cargos políticos de elección popular debe resguardarse la igualdad de condiciones de participación para los jóvenes en las elecciones populares. Para los jóvenes no nos es fácil enfrentar una elección popular, por diversos factores que inician en el asunto de los recursos económicos.
Un candidato que lleva años «apernado» en su cargo u otro que se quiere instalar y cuenta con una «inmensa maquinaria» detrás va a representar un candidato sumamente difícil para que un joven con grandes capacidades logre imponerse ante ellos, más difícil aún si, por ejemplo, un joven debe competir en una primaria para obtener el cupo de candidato. Quizás gane la primaria, pero probablemente ya no contará con los recursos económicos para poder enfrentar la verdadera elección. Esto debe ser un llamado no solamente a legislar sobre una Ley de participación juvenil en cargos de elección popular (por ponerle nombre) sino también, y a propósito de los tan cuestionados aportes reservados y aportes ilegales a las campañas electorales, a sostener un debate sobre cómo se deben financiar las campañas electorales.
Si los jóvenes hemos conseguido levantar a millones de personas para que salgan a las calles a luchar por lo justo, también tenemos la capacidad de asumir posiciones de liderazgo dentro de esas instituciones, las que, como dije, hoy sirven de madriguera a aquellos que se desentienden del clamor popular; pero lamentablemente la situación actual seguirá siendo poco auspiciosa sin una ordenanza que nos permita enfrentarnos al interior de los partidos, como en las instituciones del Estado a través de elecciones que nos ofrezcan igualdad de condiciones.