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Actualizado el 25 de Noviembre de 2020

Toque de queda en Providencia

La Sra. Alcaldesa intentando asegurar su “segundo periodo” (según manifestó públicamente su intención), ha optado por implementar restricciones a locales de esparcimiento y venta de bebidas alcohólicas, una medida que de acuerdo a la experiencia comparada con otras comunas, tanto en Chile como en el extranjero, tendrá bajo impacto para los vecinos y un altísimo costo para el comercio y el fomento turístico de los barrios.

Por Marcelo Crespo
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Marcelo Crespo es Consejero de Evópoli

Providencia se debate entre una buena política de la Sra. Alcaldesa, promover e incentivar “los barrios”, y una pésima medida, estigmatizar, restringir, prohibir y limitar el desarrollo de algunos de ellos.

Conocidos públicamente por todos son barrios como “Bellavista”, Italia”, “Santa Isabel. Estos se encuentran en las cartillas turísticas tanto de instituciones estatales, como de la propia Municipalidad de Providencia, por sus cualidades gastronómicas y culturales.

Pues bien, es de extrañar entonces, que una fiel representante de sectores que promueven la despenalización y consumo de “drogas blandas” por considerar que el “prohibir no ha dado resultados” (tema que comparto); promueva simultáneamente con fines electorales y populistas la restricción de libertades individuales.

La Sra. Alcaldesa intentando asegurar su “segundo periodo” (según manifestó públicamente su intención), ha optado por implementar restricciones a locales de esparcimiento y venta de bebidas alcohólicas, una medida que de acuerdo a la experiencia comparada con otras comunas, tanto en Chile como en el extranjero, tendrá bajo impacto para los vecinos y un altísimo costo para el comercio y el fomento turístico de los barrios.

Como entender que la Sra. Alcaldesa quiera limitar y reducir  los ingresos de tantos trabajadores del sector gastronómico, que se ven afectados directamente por la restricción horaria de funcionamiento de los locales donde laboran. Por todos conocido que estos trabajadores tienen como su principal fuente de ingresos las propinas que reciben por su atención.

Como explicarle a un emprendedor del rubro gastronómico que ahora, de forma unilateral, las condiciones por las que decidió abrir en un barrio de Providencia, pagando a dicha municipalidad todas las patentes y permisos necesarios, cambiarán drásticamente. Claramente deberán reducir sus inversiones debido a que, por defecto, se le verán mermados sus ingresos.

Todo lo anterior, sin considerar aún, que medidas como ésta, han sido probadas en otras comunas, con el único resultado del cierre de los mismos locales que el Concejo Municipal había autorizado funcionar.

Estando claro que la ley 19. 925, entrega a los municipios la potestad de restringir los horarios de funcionamiento (art. 21),  distinto es que sea una buena y eficaz  medida.

En mi vasta experiencia en éste tema puedo concluir sin miedo a errar, que la gran mayoría de los reclamos que los vecinos de una comuna tienen referente a los locales de alcoholes de su sector, son por los llamados “ruidos molestos”, los que con una buena fiscalización y las medidas tecnológicas  pertinentes se solucionan, esto sin restringir la libertades personales, tanto de trabajadores y emprendedores,  como de los que libremente queremos decidir a que local y hasta que hora nos divertiremos.

Hago un llamado a la Sra. Alcaldesa a dejar esta medida populista, moralista y atentatoria contra la libertad de los vecinos de Providencia e implementar un plan de mitigación de ruidos y desordenes, fácil de aplicar, y sin el costo de destruir los locales que dan vida a muchos de nuestros barrios. Me ofrezco desde ya a colaborar en su diseño e implementación.

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