Apatía política
“Los apernados de siempre”, con esta frase me refiero al poco recambio generacional que existe en esta actividad, tanto en el Oficialismo como en la Oposición. Es común ver a diputados, senadores y alcaldes que llevan varias reelecciones en el cuerpo, asegurándose un cupo en Congreso o municipalidad, convirtiéndose así en una especie de vaca sagrada.
La última encuesta CEP arroja un resultado lapidario: los partidos políticos tienen sólo un 6% de confianza de parte de los ciudadanos, ubicándose en el último lugar de la tabla. En palabras simples los chilenos no le creen ni a los políticos, ni a sus partidos, lo que es sumamente preocupante porque nuestra sociedad está desarrollando una fobia hacia los políticos, quienes son en definitiva, los que decidirán el futuro que tendremos como país.
La pregunta que nos hacemos nosotros como nuevo movimiento político es cuáles han sido las causas que nos han llevado a este extremo y la verdad es que encontramos muchas.
“Los apernados de siempre”, con esta frase me refiero al poco recambio generacional que existe en esta actividad, tanto en el Oficialismo como en la Oposición. Es común ver a diputados, senadores y alcaldes que llevan varias reelecciones en el cuerpo, asegurándose un cupo en Congreso o municipalidad, convirtiéndose así en una especie de vaca sagrada. Esto provoca que las barreras de entrada para quienes no tienen experiencia, pero sí tienen vocación e interés, sean muy altas y hagan muy difícil la postulación para esos escaños.
Es por eso que como movimiento, mientras se discutía la reforma al binominal en la Cámara de Diputados, presentamos una indicación que buscaba limitar la reelección de diputados y senadores, que lamentablemente no fue aprobada. Por qué se preguntarán ustedes, porque precisamente muchos de los que votaron ese día son “los apernados de siempre” que pensaron en su propio bienestar y no en el del país.
El financiamiento de los partidos políticos y las respectivas campañas de sus candidatos ha sido un tema que ha marcado la agenda en las últimas semanas y que lógicamente también tiene una repercusión en la confianza depositada en los conglomerados políticos.
Hoy, los aportes reservados a las campañas son total y absolutamente legales, pero la ciudadanía que está cada vez más empoderada exige transparencia total a la hora de hablar de ese tipo de financiamiento porque quieren saber el conflicto de interés que puede causar ese aporte o cómo ese dinero puede influir en la votación de un determinado parlamentario. Aprensiones absolutamente legítimas.
Es por eso que desde Evópoli creemos en el financiamiento público de las campañas, así como también en la absoluta transparencia de los aportes que acaparan una gran cantidad de dinero. Pero también pensamos que es justo y necesario que personas naturales que donen un bajo monto de dinero lo puedan hacer bajo el anonimato, por posibles reparos personales.
Es tarea de todos, especialmente de los nuevos actores como nosotros, renovar esta actividad para que entre otras cosas, podamos mejorar la confianza que los ciudadanos tienen de los partidos y los políticos. Por que como dije antes, mal que mal somos nosotros, los que diseñamos el futuro de nuestro país.
Nosotros creemos en una nueva forma de hacer política, más participativa y horizontal, en donde las causas de la ciudadanía estén por sobre los intereses de los políticos. Y ese es el desafío que nos mueve día a día.