Ciudadanía y Transantiago se sientan a conversar
Hasta ahora, ni el Ministerio de Transporte, que dice representar nuestros intereses como usuarios, había considerado sentarse con las organizaciones de Santiago a hablar francamente del Transantiago, y tratar de identificar una agenda de trabajo. Existió un solo atisbo de eso muy al inicio, por allá por 2004 si mal no recuerdo, durante el breve tiempo que Germán Correa alcanzó a estar a la cabeza del diseño del sistema. Una década ha pasado.
Rodrigo Quijada es Miembro de Ciudad Viva - Ingeniero de Transporte
Este pasado sábado 25 de octubre sucedió algo inédito. Por primera vez en los casi ocho años de vida de Transantiago, las empresas se sentaron a conversar con las organizaciones de la sociedad civil. Una mesa abierta con temario abierto, que terminó con un aplauso. Hay razones para estar esperanzados de lo que podría salir de allí.
La mayoría de nosotros no lo sabíamos, pero las empresas del Transantiago formaron una asociación que empezó a funcionar más o menos en marzo de este año. Se llama ACTUS (Asociación de Concesionarios de Transporte Urbano de Superficie) y tan nueva es que estrenó su sitio web hace pocos días. Desde marzo ACTUS había tenido solo apariciones modestas por aquí y por allá, y quizás lo que la motivó a pasar más en serio a la acción fue el reportaje sobre el Transantiago de Contacto de Canal13, que a final de septiembre le dio como caja a las empresas. Haya sido eso o no el motivador, es una excelente señal que la primera actividad oficial de ACTUS haya sido jugársela, atreviéndose a reunirse con la gente como el Transantiago nunca lo ha hecho.
Hasta ahora, ni el Ministerio de Transporte, que dice representar nuestros intereses como usuarios, había considerado sentarse con las organizaciones de Santiago a hablar francamente del Transantiago, y tratar de identificar una agenda de trabajo. Existió un solo atisbo de eso muy al inicio, por allá por 2004 si mal no recuerdo, durante el breve tiempo que Germán Correa alcanzó a estar a la cabeza del diseño del sistema. Una década ha pasado.
Seguramente tiritaron un poco las empresas cuando se tiraron a esta piscina. Si tú eres una empresa del Transantiago, tienes que ser valiente para, después de tantos años, entrar a una sala a la que llegaron una treintena de organizaciones ciudadanas, muchas más de las que seguramente cualquiera esperaba. Hay que decirlo: las empresas confiaron en que algo bueno podía salir de un encuentro con la ciudadanía y se arriesgaron. Pero si estaban nerviosos al inicio, no me cabe duda que salieron contentos al final, pues el nivel de madurez de las organizaciones para criticar firme pero respetuosamente, y además buscar soluciones, fue notable.
De seguro el otro ingrediente para el éxito fue que la convocatoria fuera compartida con el Consejo de la Sociedad Civil (COSOC) del Ministerio de Transporte. El COSOC es un consejo ciudadano, autónomo, creado por la Ley de Participación Ciudadana para acompañar al Ministerio en la definición de políticas y proyectos. Si bien hasta ahora el COSOC ha podido “acompañar” mucho menos de lo deseable al Ministerio porque a éste le cuesta compartir la pelota, el COSOC ha ido lento pero seguro ganándose el lugar que la Ley le quiso dar. Su decisión de apoyar un diálogo con las empresas del Transantiago fue acertada, y como co-convocante, el COSOC aseguró que el Encuentro fuera ecuánime.
Porque hay que ser sinceros. Si es cierto que las empresas se lanzaron con temores a esta piscina, por el otro lado las organizaciones ciudadanas se atrevieron también, superando la sospecha de que esto podría no ser nada más que un típico lavado de imagen corporativo. Así que las organizaciones participantes dieron el paso adelante también: darle una oportunidad a reunirse con empresas que no gozan nada de cariño, a ver si salía algo productivo.
¿Y qué salió del Encuentro? Habrá pronto un acta de la sesión que se difundirá por doquier, pero cabe adelantar aquí como muestra uno de los puntos acordados: Pronto se viene una renovación de parte de la flota de buses, y habida cuenta que los usuarios hemos sufrido incomodidades en los buses por un diseño poco amigable de sus interiores, surgió la idea de armar un grupo de trabajo para definir en conjunto un diseño. Un objetivo claro, concreto y que de resultar exitoso, tendrá un efecto notorio y directo en la calidad del servicio.
La primera valentía ya la mostraron ambos lados, ciudadanos y empresas por primera vez sentados a la mesa declarando disposición a definir una agenda común. Las confianzas se habrán de construir con el tiempo y será esencial cuidarlas respetando acuerdos y respetando también la independencia de cada cual. Pero insisto, hay motivos para esperanzarse. Si algo sale de esto, será lejos la mejor noticia que ha tenido Transantiago desde que nació.