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Actualizado el 25 de Noviembre de 2020

La DC al diván

El gran dilema de la DC pasa entonces por analizar su participación en una coalición que hasta la fecha ha buscado pocos consensos, optando en algunos casos por la tesis de las aplanadoras y maquinarias pesadas. Plantear contrapuntos a los proyectos emblemáticos del gobierno, solo ha traído como respuesta descalificaciones de los propios socios de la coalición apuntando hacia una lógica en donde no pensar igual te convierte inmediatamente en el enemigo.

Por Enzo Napoli
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Enzo Napoli es Licenciado Ciencias Políticas Universidad Diego Portales y Master en Políticas Públicas de Brown University. Director Ejecutivo de Plural Chile y profesor asociado de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Diego Portales.

Por primera vez en cuatro años, y a tan solo siete meses del inicio del gobierno de Michelle Bachelet, la Democracia Cristiana ha decidido autoconvocar a su Consejo Nacional. Los recientes conflictos entre la falange y el Partido Comunista por la ratificación del embajador Contreras y la discusión del proyecto de reforma educacional han estresado las relaciones entre ambos socios de coalición a niveles hasta ahora no vistos en la Nueva Mayoría. Tal como el jefe de la bancada de diputados Matías Walker planteó, la DC se cansó de “los toreos del PC”.

¿Es posible que este tipo de conflictos terminen por quebrar a la Nueva Mayoría? Para algunos líderes de la falange como Gutemberg Martínez la coalición de gobierno tiene fecha de caducidad, lo cual marca una clara advertencia sobre el destino de la NM en 2017. Ser el partido con el mayor número de diputados y senadores le entrega a la DC una privilegiada posición de negociación, particularmente si el Gobierno busca que sus grandes reformas sean aprobadas en el Congreso. Sin embargo esta posición privilegiada no se ha visto del todo reflejada en el último tiempo.

El gran dilema de la DC pasa entonces por analizar su participación en una coalición que hasta la fecha ha buscado pocos consensos, optando en algunos casos por la tesis de las aplanadoras y maquinarias pesadas. Plantear contrapuntos a los proyectos emblemáticos del gobierno, solo ha traído como respuesta descalificaciones de los propios socios de la coalición apuntando hacia una lógica en donde no pensar igual te convierte inmediatamente en el enemigo. Y si consideramos que la NM difícilmente se sostenga sin su principal representante en el Congreso, resulta incomprensible que el Gobierno prefiera tomar palco de la polémica que ha marcado las relaciones políticas del oficialismo durante las dos últimas semanas.

Las encuestas demuestran que la ciudadanía prefiere los consensos por sobre las posturas extremas, valorando a aquellos líderes políticos que buscan el diálogo y la construcción de reformas bien hechas. Es esa la lógica que distingue a quienes pertenecen al centro político, y desde donde la DC debe retomar su protagonismo, tal como lo hizo durante los gobiernos de la Concertación. A fin de cuentas no es solo la fuerza parlamentaria de la falange la que los hace un actor clave. Son también las ideas de centro las que han permitido a Chile crecer a un ritmo sostenido durante los últimos 25 años, y por las que la DC debería buscar la construcción de un nuevo centro político. Y en esa tarea, la falange no está sola.

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