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Actualizado el 25 de Noviembre de 2020

Es la hora de enchufarse al sol, no aún a la red

En las condiciones actuales, no recomendamos conectarse a la red eléctrica. Pero una cosa es conectarse al sol y otra conectarse a la red eléctrica pública: hay que comenzar instalando sistemas de paneles solares orientados al autoconsumo.

Por Manuel Baquedano
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Manuel Baquedano es Sociólogo de la Universidad Católica de Lovaina, Bélgica, fundador y presidente del Instituto de Ecología Política, IEP, y autor de La Batalla de Ralco y Tu Huella Ecológica.

La nueva Ley Eléctrica que permite la conexión de la energía renovable producida en un domicilio a la red pública está en pleno funcionamiento en Chile desde el 22 de octubre pasado. Es la ventana que tiene la ciudadanía para entrar a las Energías Renovables No Convencionales (ERNC). Por ello, muchos chilenos querrán saber si les conviene o no orientarse hacia la vía solar y comenzar a poner paneles en sus viviendas.

La Ley 20.571 fue elaborada por el senador Antonio Horvath y sus colaboradores con el espíritu de que si un ciudadano instala paneles solares en su vivienda y estos producen energía -es decir watts-, el excedente energético producido y no consumido pueda ser vendido a la distribuidora eléctrica que le proporciona este servicio. A su vez, la distribuidora debe obligatoriamente comprarla al mismo precio que se la vende a su cliente. A esto se llama balance neto o net metering.

Sin embargo, la ley fue traicionada en su espíritu y los poderes fácticos representados en el Parlamento acordaron pagarle al generador domiciliario una cifra menor, estimada por nosotros en alrededor de un 60% de la tarifa. El argumento que dan las distribuidoras es que ese es el precio mayorista al cual le compra electricidad a las generadoras. A esta modalidad se le llama net billing, que es lo que por ahora tenemos en el país. Veamos un ejemplo.

Haciendo un ejercicio real para un hogar ubicado en Talca, si el KWh tiene un valor de 95 pesos, al productor de electricidad domiciliaria le remunerarían 56 pesos por KWh, lo que equivaldría a un 59% de la tarifa cobrada por la distribuidora. En consecuencia, si usted instala en su domicilio el equivalente a 1.000 watts de potencia, con estos precios se demoraría cerca de 18 años en amortizar su inversión.

En estas condiciones, claramente no recomendamos conectarse a la red eléctrica. Pero una cosa es conectarse al sol y otra conectarse a la red eléctrica pública, y si algo queda claro con este ejercicio es que por ahora hay que comenzar instalando en nuestros hogares un sistema de paneles solares que solamente se oriente al autoconsumo. ¿Cómo?

Es importante no comprar cualquier panel, pues ahora existen los paneles solares inteligentes. Son aquellos a los cuales se les agrega un microinversor que permite sincronizar el panel con la red eléctrica interna de la casa, pudiendo ser enchufado como cualquier electrodoméstico.

¿Está permitido hacer estas instalaciones? Sí, porque no son ilegales pero tampoco legales, es decir, son alegales. Solo hay que atreverse a hacerlo, pues la compañía distribuidora solo puede llegar hasta el medidor de la casa. Lo que ocurra dentro de ella no le incumbe, allí somos los ciudadanos los que ejercemos nuestros derechos.

Por ahora, somos varios los “rebeldes solares” que estamos comenzando a hacer el cambio hacia el autoconsumo por la vía solar sin conectarnos o enchufarnos a la red eléctrica. Pero se hace urgente que el Gobierno y los Parlamentarios restituyan el espíritu original de la ley y modifiquen a la brevedad la tarifa eléctrica para que se convierta en razón de uno a uno y prime la igualdad en los precios.

Si este cambio no se produce, esta ley se convertirá en una gran frustración ciudadana. En cambio, si se tiene una tarifa uno a uno, la amortización de las instalaciones solares podría realizarse en unos cinco años, no en 18. Y como en el Congreso actual existe voluntad política transversal para mejorar la ley, esto podría lograrse durante el año 2015. Ya estamos trabajando en ello.

Una vez cambiada la tarifa y mejorada la ley, entraríamos a la etapa de la generación ciudadana de la energía, produciéndose excedentes energéticos que harán innecesaria la instalación de más termoeléctricas. Esto, porque los ciudadanos organizados en Cooperativas Solares podrán distribuir la energía en forma equitativa, limpia y soberana, liberados de la moderna esclavitud a que nos ha sometido el sistema energético vigente.

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