¡Bájate el sueldo!
"Se concluye que la política es un muy buen negocio, abierto sin restricción técnica para todo aquel que pueda ocupar un escaño, un “negocio” creciente que aumentará con el número de congresistas que se está proponiendo".
Vergonzoso es por lo menos el reajuste salarial del sector público en los tramos de mayor ingresos, que comparten congresistas, ministros, entre otros. El 6% logrado es superior al 4,5% alcanzado por los trabajadores a través del CUT.
Sin comulgar con la ideología de fondo del diputado Boric y con la simpatía ante el regionalista Senador Cahuan van mis respetos por tratar de frenar el reajuste en los tramos de mayores salarios públicos que son distantes de la realidad país, del salario mínimo, ético e incluso per capita.
Un estudio publicado por CIPER señala que el salario de un diputado es de $103.265.772 pesos anuales. EE.UU. El segundo país con mayor ingreso para un diputado logra una renta equivalente sólo al 68% de lo que gana de un diputado chilensis y bien sabemos que el ingreso per capita, el crecimiento económico, la calidad de vida son opuestas entre ambos países, haciendo de la cifra un escándalo y que no se detiene ahí.
La Fundación el Sol señala que el 82% de los trabajadores ganan menos de $775.00 mensuales, es decir, la renta de los diputados es 11 veces más de lo que gana el 80% de la población. Si hasta acá el escándalo es poco, la encuesta CASEN señala que un 17,4% de la población gana el salario mínimo o menos.
El Mostrador señaló que el salario de los congresistas de la cámara baja es 28 veces el salario mínimo. La política es de la elite, y una elite mal evaluada según un estudio de la ONU publicado en diario La Tercera en mayo de este año que señala: “La ONU advierte que el Congreso chileno es uno de los menos valorados de América Latina”.
Se concluye que la política es un muy buen negocio, abierto sin restricción técnica para todo aquel que pueda ocupar un escaño, un “negocio” creciente que aumentará con el número de congresistas que se está proponiendo, y que dada la votación del aumento de los salarios públicos es fácil determinar que el aumento de congresistas se llevará adelante independiente de la indignación social, evaluación parlamentaria, momento económico, etc.
Causas y efectos, es la predica constante a la que abogo. La discusión sobre si se votó o no, es posterior a las alternativas que hay para votar. La “parrilla” de alternativas es mala, muy pocos veces he votado a favor de un candidato, sí he votado muchas veces en contra de otro. El voto contrario implica que no hay adhesión, apoyo a las ideas del votado, lo que hace del comportamiento cívico movible y aparentemente errático, y del comportamiento político agresivo y separatista.
Una vergüenza, por lo poco, la distante realidad salarial de los políticos, los mismos que no han sabido abordar las reformas, causando los efectos económicos que los no-políticos estamos pagando, es decir, bajo crecimiento, aumento de desempleo y una demencial inflación.