Subir al cerro
"Celebremos lo del Chena, pero no nos quedemos así. No lo dejemos sólo en su condición de isla. Si lográramos que los cerros y la cordillera fuesen un gran sistema de parques, posiblemente nos abriríamos a un mundo nuevo".
Antonio Lipthay es Arquitecto UC, Magister en Diseño Urbano de London School of Economics (LSE) y socio fundador de Mobil Arquitectos. Planificador urbano y especialista en diseño de alta complejidad. Convencido de que una ciudad bien pensada puede romper con la desigualdad. En twitter @antoniolipthay.
La elección del Cerro Chena como “cerro isla” y su transformación en nuevo parque metropolitano para la zona sur de Santiago es un motivo de celebración. Es notable también –y esperemos que así sea- que esto no se haya quedado sólo en un aviso, en un proyecto aislado ni en un número más del check list cortoplacista político.
¿Cuál debiera ser el verdadero significado de esto? ¿En qué contexto se debería inscribir un nuevo parque metropolitano? Reflexionemos con una mirada territorial:
El cerro Chena se inserta como una pieza clave dentro de una iniciativa que emerge de un grupo de alumnos de la escuela de arquitectura de la PUC. Ellos impulsaron la idea de recuperar los cerros isla de Santiago y construir un sistema de espacios públicos con ellos. Una idea potente, preciosa y a la que aún no se le ha dado la fuerza que realmente tiene, aunque el Intendente se la juegue para elegir, a través de un concurso, el primer cerro-parque del siglo XXI.
Pero parece que falta algo. Falta aquello que hace que una buena idea llegue a una esfera mayor. Falta que no sean solo los técnicos o urbanistas quienes visualicen un eco en el territorio. Falta que la ciudadanía lo entienda. Falta que las autoridades políticas lo lideren.
En cualquier ciudad del tamaño de Santiago y con la cantidad de Phd en Urbanismo y Planificación con que contamos, parece obvio que se debiera discutir como el cerro Chena se inserta o juega un rol relevante en la estructuración de un sistema de espacios públicos para toda la ciudad. Un proyecto concreto, de largo plazo, un Proyecto Urbano de Espacios Públicos a escala de ciudad, no una excepción.
¿Qué falta para lograrlo?: capacidad de coordinar esfuerzos, de entregarle a la ciudadanía desafíos (más que soluciones), de involucrar a más comunidades. De invitarlos a subir el cerro; los cerros.
Celebremos lo del Chena, pero no nos quedemos así. No lo dejemos sólo en su condición de isla. Si lográramos que los cerros y la cordillera fuesen un gran sistema de parques, posiblemente nos abriríamos a un mundo nuevo de experiencias urbanas y, sin duda, tendríamos una mejor vida y seríamos una mejor sociedad.