Un cambio que no sólo será climático
Un cambio adecuado del código de aguas, que asegure la disponibilidad del recurso de forma equitativa y la protección de los glaciares como recurso estratégico parecen ser esenciales no sólo desde el punto de vista ambiental, sino además, desde un punto económico y de seguridad nacional frente al escenario de cambio climático que se nos presenta.
Revolución Democrática es Somos un movimiento político que busca construir una democracia participativa en Chile, nacimos de las movilizaciones del 2011 y venimos para aportar a construir un Chile solidario e inclusivo para tod@s.
Hace algunos días un informe del Banco Mundial dio cuenta de los impactos económicos que tendría en nuestro país los efectos del cambio climático -que estima un aumento en la temperatura de un 1,5 °C promedio en la mayor parte de Chile. El informe indica que en el mediano plazo, para América Latina, los cultivos como el maíz y el trigo podrían verse afectados en un orden del 20%. En Chile el rendimiento de cosecha de maíz disminuiría entre un 5 y un 10%, mientras que en el caso del trigo caería entre un 10 a 20% para el 2050.
Otra actividad que podría sufrir efectos es la pesca, tanto industrial como artesanal, con un cambio en los regímenes pesqueros afectando la seguridad alimentaria del país y parte de su valor económico.
Para Santiago, se estima una reducción del 40% de las precipitaciones, esto afectará fuertemente la disponibilidad hídrica de la capital, en donde se estima un crecimiento de la población de un 30% para el año 2030. Junto con esto, los glaciares en territorio nacional expresaran un acelerado derretimiento.
Al verse afectada la productividad de las agroindustrias, industria pesquera, y la disponibilidad del recurso hídrico, claramente se verá perjudicada la sociedad, las condiciones de vida de las zonas más aisladas del país empeorarán. Las pymes, pequeños agricultores y pescadores artesanales serán, como siempre, las más afectados al no tener planes de resguardo frente a los cambios ambientales. Este escenario pondrá más obstáculos para acortar brechas de desigualdad y erradicar la pobreza.
En el último tiempo se han discutido dos proyectos de ley que tendrían relación directa con los problemas que implican el cambio climático al país. Uno de ellos es la modificación al Código de Aguas, anunciado en el discurso presidencial del 21 de Mayo, que retomó la discusión sobre las implicancias del Código de Aguas actual y sus problemas de concentración de los derechos, los cuales no aseguran una distribución equitativa del recurso. La comercialización de éste, pone a merced de la oferta y demanda un recurso que se vislumbra cada vez más escaso. Finalmente el ejecutivo, a finales de septiembre, retomó una moción parlamentaria que cambiaba el actual código y la cual sustituyó por su propio proyecto, no solucionando los problemas de concentración de los derechos del agua.
El segundo proyecto, que adquiere importancia bajo el contexto de cambio climático y que también fue anunciado por el ejecutivo en el discurso presidencial, es el reconocimiento de los glaciares bajo la ley chilena y la protección de los mismos. Los glaciares son reservas estratégicas de agua dulce en estado sólido. En un contexto como el actual donde el agua va en bajada, crear leyes que los protejan parece ser lo más lógico. Más aún si se toma en cuenta que Chile posee el 82% de los glaciares del continente.
Pocos días antes del discurso del 21 de Mayo, un proyecto parlamentario que tomaba en cuenta esta problemática empezó su tramitación. Sin embargo, hasta el momento no ha habido pronunciamiento oficial por parte del gobierno. Actualmente, al no haber leyes que protejan estas reservas de agua, las medidas restrictivas que limitan la acción de las empresas para realizar sus proyectos son insuficientes. Es así como empresas mineras, y otras industrias que se desarrollan en la alta montaña, han trabajado impunemente a costa de la destrucción de glaciares generando un daño irreversible, bajo un panorama donde el agua que podemos consumir es cada vez más escasa.
Bajo este contexto es importante, como materia de seguridad nacional, una protección sustantiva de todos los recursos hídricos del país, considerando la situación de escasez que se preveen. Nuestro país debe tomar medidas que hagan contrapeso a las perspectivas medioambientales de la región y del mundo. Medidas de resguardo que aminoren los efectos dramáticos que puedan surgir en un país como el nuestro, donde la mayor riqueza son los recursos naturales . Un cambio adecuado del código de aguas, que asegure la disponibilidad del recurso de forma equitativa y la protección de los glaciares como recurso estratégico parecen ser esenciales no sólo desde el punto de vista ambiental, sino además, desde un punto económico y de seguridad nacional frente al escenario de cambio climático que se nos presenta.
Fernando Gimeno, Frente Eco-Social de Revolución Democrática.