Prohibir la selección en Liceos emblemáticos
No es bueno para la sociedad que el predominio de una mirada igualitarista concluya desincentivando el esfuerzo y el mérito como valores sociales. Todos son valores importantes que debemos intentar equilibrar.
Mariana Aylwin es Profesora de origen, política por vocación y a mucha honra. Directora Corporación Educacional Aprender.
El fin de la selección en los liceos emblemáticos se aprobó, sorprendentemente, con el compromiso del gobierno de reabrir la discusión en otro proyecto de ley. Ciertamente se trata de un asunto sensible que la premura por aprobar el proyecto, impidió debatir adecuadamente.
En mi caso , pienso que, en una sociedad altamente segregada , los liceos emblemáticos representan una de las escasas vías de movilidad social, importantes para diversificar la elite chilena. El Instituto Nacional es un emblema, pero también lo son el Liceo Javiera Carrera y otros de regiones, como el Abate Molina, por nombrar algunos del sector municipal. Así lo demuestra la trayectoria de miles de estudiantes que han egresado de sus aulas y que han hecho un aporte al país desde los ámbitos más diversos. Por eso parece contradictorio que una ley cuyo objetivo es la inclusión, termine cerrando esa vía de movilidad, sobre la base de un afán igualitarista que ha terminado confundiendo selección con discriminación y mérito con nivel socioeconómico.
Desde esta visión, cualquier proceso de admisión – por rendimiento académico, origen cultural, profesión de una fe , incluso por intereses de los estudiantes como los liceos artísticos, será discriminatorio en los establecimientos subvencionados, no así en los privados pagados. Ello es llevar al extremo una mirada que, en la práctica, impone un límite a la diversidad, salvo para los colegios pagados. Si quieres gratuidad, no puedes elegir. Si quieres elegir, tendrás que pagar. Esa es la máxima.
Aunque ello no afectará a la mayoría de los establecimientos subvencionados (ya que la selección no es generalizada), sí afectará a los llamados liceos emblemáticos y a colegios privados subvencionados de excelencia.
En el caso de la selección por rendimiento en establecimientos de alta exigencia, si bien es efectivo que ésta puede favorecer a los estudiantes provenientes de sectores sociales más privilegiados, la realidad muestra que un porcentaje significativo de niños de los dos quintiles más pobres, logra superar esa barrera. De hecho, el Instituto Nacional tiene más de un 40% de alumnos vulnerables, es decir del primer y segundo quintil de ingresos. Lo mismo el Liceo Carmela Carvajal y Javiera Carrera. El Liceo Augusto D´Halmar y el República de Siria, tienen sobre el 60% de alumnos vulnerables. Todos ellos obtienen buenos puntajes en las Pruebas de Selección Universitaria., lo cual se pone en riesgo con el término de la selección por rendimiento académico.
Así también, los alumnos de estos liceos provienen de variadas comunas . Por lo tanto, se trata de los únicos establecimientos en que el peso de la condición socioeconómica tiende a equilibrarse con el peso del mérito, en un contexto donde los colegios, en su inmensa mayoría, son espacios socialmente y territorialmente segregados. Los liceos emblemáticos son de los pocos establecimientos escolares donde conviven jóvenes que provienen de familias y barrios diversos y, en los cuales, lo común es la motivación por el aprendizaje.
No es bueno para la sociedad que el predominio de una mirada igualitarista concluya desincentivando el esfuerzo y el mérito como valores sociales. Todos son valores importantes que debemos intentar equilibrar. Peor aún es que terminemos con esta vía de movilidad y de encuentro social con la ilusión – sin evidencias- de que Chile será menos desigual limitando la selección por mérito en un puñado de colegios públicos y subvencionados. Me temo que se trata de otra expectativa desmedida y de consecuencias no debidamente sopesadas de la primera ley de la reforma educacional.