La sospechosa oposición al partido único de centroderecha
La oposición a la idea tiene que ver con que la fragmentación política que alienta la reforma electoral, trae aparejada una tentadora y enorme oferta para todo aquel que quiera formar un partidito con el timbre y la campanilla: financiamiento fiscal asegurado por la nueva ley.
Alexis Casanova es Ex concejal de Osorno entre 2000 y 2012. En 2013 fue candidato a consejero regional. Hasta 1997, fue jefe de Gabinete del diputado RN Harry Jürgensen.Hasta el año pasado, fue vicepresidente regional de RN, por varios periodos presidente comunal Osorno, presidente del Distrito 55 y consejero nacional del mismo partido.Profesor de Biología, hoy hace clases en la Universidad Santo Tomás.
Todos aquellos que participamos en la fundación de Unión Nacional en la década del 80 y luego Renovación Nacional, sabemos perfectamente que existen diferencias al interior de la centroderecha y que éstas fueron las gatillantes de la división que dio origen a la UDI y RN, hace casi tres décadas.
Sin embargo, señalar hoy que las diferencias de entonces entre ambas colectividades son tan fuertes como las que tenemos ambos partidos con el resto de las coaliciones de la Nueva Mayoría, es sencillamente no entender nada de política… o no querer entenderlo por pueriles razones.
En mi vida política, me he enfrentado muchas de veces a la UDI y hemos tenido disputas públicas bastante ácidas, sin embargo, no creo que estas sean doctrinariamente más profundas que las que han sostenido Walker con Pizarro o Chahín en la DC o, en el plano local, Fidel Espinoza con Camilo Escalona en el PS. Si nuestras diferencias fueran tan profundas, ni siquiera podríamos haber conformado alianzas electorales.
Hoy, existe una amplia adhesión a la idea de partido único presentada por Andrés Allamand hace una semana, en todos aquellos que se identifican con la centroderecha y la pregunta que debemos hacernos es por qué al interior de los partidos –que con suerte representamos el 2% de quienes se identifican con nuestro sector- puede no llegar a reflejarse el sentido común que hoy nos exige la gente. La razón está en que la fragmentación política que alienta la reforma electoral, tiene una tentadora y enorme oferta para todo aquel que quiera formar un partidito con el timbre y la campanilla, al estilo Evopoli, Amplitud o el Movimiento Regionalista de Horvath, del que ni siquiera se me ha quedado el nombre: ellos se han asegurado financiamiento fiscal en la nueva ley por el solo hecho de tener representación parlamentaria. Se trata, entonces, de la política pensada en beneficio de unos pocos con nombre y apellido que en el caso de nuestro sector conocemos muy bien: Pérez, Horvath, Godoy, Rubilar, Kast, etc…
¿Qué debemos hacer, entonces? Los dos principales partidos de centroderecha, UDI y RN, debemos dar el ejemplo y sobreponernos al intento de mantenernos divididos que ejercerán todos aquellos que esperan ser funcionarios rentados de los partidos que ahora contarán con financiamiento estatal y permanente, creando una casta rentada totalmente desligada de la gente y al servicio de personalismos que no nos ayudarán a salir del amplio rechazo de 71% que nos expresa la gente como oposición a este Gobierno… ¡imagínese! Estamos frente a un pésimo gobierno y la gente espera alguna propuesta nuestra y no más divisiones absurdas que solo están permitiendo el avance de la retroexcavadora de Quintana y compañía. Es hora de unirse y no dividirse.
Estoy seguro que una vez que la UDI y RN se unan y que las diferencias de sus miembros se enfrenten democráticamente bajo una misma institucionalidad, tal como ocurre en la DC y PS, nuestro sector y nuestras ideas saldrán fortalecidos.
Yo estoy disponible para dar ese paso, por el bien de la centroderecha y el país.