Lindo tu cuello
El cáncer cérvico uterino, como muchos, muestra dolores sólo en sus etapas finales, o sea cuando no hay mucha vuelta atrás, por lo tanto es preferible someterse a este examen que es incómodo, pero no más que cualquier otro.
A estas alturas de la vida, en que los piropos son cada vez más escasos, se agradece cuando alguien me dice ” tienes un lindo cuello”, especialmente cuando viene de alguien que por su trabajo ve muchos cuellos uterinos todos los días. Que quieren que les diga, me sorprendió el piropo.
Como todos los años, en las vacaciones me realizo todos los exámenes que ofrece la medicina preventiva entre ellos el PAP, Prueba de Papanicolaou que es un examen, cuyo fin es detectar en forma temprana anomalías del cuello del útero que posteriormente pueden llegar a convertirse en cáncer, enfermedad que ya conozco. El cáncer cérvico uterino, como muchos, muestra dolores sólo en sus etapas finales, o sea cuando no hay mucha vuelta atrás, por lo tanto es preferible someterse a este examen que es incómodo, pero no más que cualquier otro.
Consciente de ello y considerando además que soy una paciente de riesgo, es que me organizo para hacer uso del derecho que tenemos de la medicina preventiva. Lamentablemente la realización de este examen no resultó tan fluida como el resto. Me pasearon por varias oficinas entregándome información diametralmente opuesta en cada una, pero como por mis venas corre la paciencia y porfía mapuche, finalmente logré mi cometido.
Me tendí en la camilla ginecológica, puse mis piececitos en los estribos que ya conocemos y respiré profundo, retuve y exhalé cinco veces para relajarme, respiración que me acompaña en todos mis momentos de tensión y que recomiendo, como la regla de tres simple que también me acompaña para otros menesteres de la vida y que también recomiendo a ojos cerrados.
La profesional luego de las preguntas de rigor, como cuántos embarazos he tenido, cómo fueron mis partos, cuándo tuve la última regla, procedió a obtener la muestra necesaria y es ahí que se vio subyugada por mi hermoso cuello uterino. Tendré que confiar en su buen sentido de la estética, ya que la probabilidad de que yo lo compruebe es nula.
Mis queridas, háganse un tiempo y dedíquenselo a su hermoso human body, ya sabemos que prevenir es curar, en una de esas son piropeadas igual que yo.