(Des) Aceleración

Hemos leído bastante respecto del momento económico que vive Chile. No es el fin del mundo como dicen algunos, ni tampoco viene el socialismo, para “salvar” o “crucificar” Chile, como dicen voces disímiles al respecto. Es simplemente un ciclo económico normal, en que Chile destaca dentro de una recesión global. El Gobierno dice que esto comenzó a fines de 2012 y está en lo cierto, porque desde 2010 que hay una tremenda crisis económica en Europa, una recesión que no se sabe hasta cuando durará, por ende, se paralizaron las compras y China, la segunda economía mundial, sintió el golpe.

Desde ese tiempo, hasta hoy, la economía ha ido bajando. Le hubiese tocado al ex Presidente Pinera, a la Presidenta Bachelet, a Sfeir, a Roxana Miranda, a cualquier candidato, porque Chile depende de las exportaciones y las inversiones, a saber, del precio del cobre, que ya no está a 4 US, cuya reserva la utilizó en su momento el ex ministro Andrés Velasco para paliar de gran manera la crisis inmobiliaria de 2008 y que quebró a varios países de Europa.

Chile hace rato también que ya no depende tanto del cobre, porque las exportaciones como el salmón, vino y frutas entre otros han creado un colchón para el propio Estado, sin embargo nos falta el llamado Valor Agregado y mayor tecnología que a la postre son las que marcan la diferencia en los desarrollos posteriores de los países.

Ahora bien, la mitad del crecimiento económico chileno, que se perdió, digamos entre un 0,5% a un 1 punto, depende, así es, de las Reformas que comprometió el Gobierno, o sea en vez de crecer al 2 ó 3 por ciento, ha sido menos, lo que es normal, por la incertidumbre que ello provoca. En un escenario sin reformas, Chile hubiese crecido entre un 4 al 5% o un poco más. Pero eso, según los analistas internacionales, es incertidumbre en el comercio internacional, no pánico, ni “terror” como han dicho ciertos políticos, culpando a las reformas que está realizando el Gobierno.

Incluso el Banco Central, el organismo técnico por excelencia de Chile, mantiene las estimaciones, en que Chile retomará el crecimiento este 2015, teniendo en cuenta que el escenario internacional esta desacelerado, según ha establecido también el Fondo Monetario Internacional. Y al parecer ya estaríamos llegando al punto de inflexión que nos trajo el crecimiento económico en diciembre de 2014.

Me voy a detener, en la palabrería religiosa que ha aparecido de un tiempo a esta parte. Esa palabrería que santifica por un lado, “el programa” y por el otro, el “crecimiento”. Según los organismos internacionales serios y el propio Gobierno, en Chile ni habrá una “revolucion con vivo tinto”, ni tampoco un regreso a políticas “anejas”, es simplemente emparejar un poco más, la cancha aprovechando todo el caudal de crecimiento que ha tenido Chile durante estos últimos 20 años. Por cierto, con fallas crónicas, como la desigualdad.

Según el Banco Mundial, Chile tiene hoy un poco más de 15 mil US per cápita, otros organismos establecen al menos 18 mil US, esto no significa que todos los chilenos los tengan, si no que es sólo un índice para medir los niveles del crecimiento macroeconómico. Llegando a más de 22 mil entraríamos a la elite mundial de países desarrollados, quizás antes del 2020. Esto, ni el actual Gobierno, ni el de Piñera lo han puesto en jaque. Sólo que la incontinencia verbal, la “mala leche” política muchas veces, espanta a muchos, se aprovecha del cúnico, porque la mayoría se detiene solo en las formas y no deja de ver el fondo, que es que la máquina económica sigue avanzando, en un país responsable como Chile.