El asilo contra la opresión
Es un deber moral que Chile se pronuncie contra las medidas autoritarias del gobierno venezolano.
José Francisco Lagos es Presidente de la Fundación Chile Siempre
Según datos dados a conocer en medios por el Departamento de Procesamiento de Estadísticas de la Jefatura Nacional de Extranjería y Policía Internacional de la PDI, 7.551 ciudadanos venezolanos se han asentado en Chile desde el 2012, principalmente motivados por la inestabilidad política y económica de Venezuela. Más aún, el 2014 llegaron a nuestro país 3.349 personas, lo que representa un aumento del 97% respecto del 2012, y este año tan solo en enero han llegado 492 venezolanos, lo que podría llegar a representar un aumento del 76% en relación al año pasado. Sean desde ya bienvenidos.
A pesar de que estas cifras son sorprendentes, era esperable una reacción de este tipo debido a la situación venezolana, una dictadura que ha aumentado la pobreza y atentado en reiteradas ocasiones contra los derechos humanos, por ejemplo utilizando armas contra estudiantes en protestas, encarcelando a líderes de la oposición o interviniendo comercios sin motivo alguno. La falta de oportunidades en su propia patria obliga a muchos venezolanos a buscar mejores perspectivas para ellos y sus familias.
Lo que llama profundamente la atención es la respuesta que ha tenido Chile. En primer lugar es una muy buena señal que los ciudadanos que ven complicaciones en la permanencia en su país sean recibidos con los brazos abiertos por nuestra sociedad. Esperamos que aquí encuentren trabajo, posibilidades de educación y todo aquello que el gobierno venezolano le niega a su pueblo.
Sin embargo, resulta equívoca la señal que da el gobierno de Bachelet cuando no se pronuncia por los atentados que comete flagrantemente la dictadura de Nicolás Maduro. La pregunta que surge entonces es si la izquierda cree en serio en los derechos humanos o es más fuerte la lealtad con los principios que representa la dictadura venezolana.
Sobre el pueblo venezolano se ha constituido un grupo de políticos afines al gobierno de Maduro que no solo se han enriquecido a costa de los venezolanos, sino que les han restringido su libertad de diversas maneras, como la libertad de prensa, la política, la económica y la social.
Todos estaremos de acuerdo en que es un deber moral que Chile y los países Latinoaméricanos se pronuncien contra las medidas autoritarias del gobierno venezolano, sobre todo aquellas que tienen a sus ciudadanos sufriendo las restricciones provocadas por un régimen ineficiente, ciudadanos que en muchos casos han debido abandonar su país. Para todos ellos: el asilo contra la opresión.