Política Nacional Docente: Universalidad o nada
La experiencia nacional e internacional indica que el actor clave para mejorar estos niveles de aprendizaje son los profesores
Jorge Schiappacasse es Cientista político UC y magíster en Ciencia Política de la Universidad Católica. Diplomado en Gestión Local en USACH. Fundador de revista digital Ciudad Liberal. cl
¿Qué es necesario para generar buenas políticas públicas que logren mejorar la calidad de la educación? Partir con un buen diagnóstico y en el caso de la educación inicial, primaria y secundaria chilena, el primer problema son los bajos niveles de aprendizajes.
Ya lo dijo el encargado de educación de la OCDE, Andreas Schleicker: tomando en cuenta los últimos resultados PISA en matemática, los grupos de estudiantes chilenos con mejor resultado están al nivel del promedio de Polonia y a la par con los peores de Singapur. Algo no estamos haciendo bien.
La experiencia nacional e internacional indica que el actor clave para mejorar estos niveles son los profesores. Son ellos quienes lideran el proceso enseñanza-aprendizaje en el aula. Esto último hace incomprensible que no hayamos hecho esfuerzos sustanciales para hacer de la profesión docente una carrera atractiva, desafiante y motivadora. Síntoma de cuán urgente resulta este panorama es que el 40% de los mejores profesores que trabajan en el mundo subvencionado (particular y municipal) se retiran del sistema educativo a los 5 años. Sí, leyó bien. Abandonan la carrera que estudiaron luego de ejercerla tan sólo 5 años.
El diagnóstico es contundente. El problema basal de nuestro sistema educativo es que no existen condiciones para asegurar un buen aprendizaje y este problema es transversal a todo el sistema educativo, lo que podernos corroborar cuando vemos que un 79% de profesores en colegios municipales y un 82% en subvencionados creen que hay que mejorar los salarios o cuando vemos que un 76% de los profesores municipales y un 82% de los particulares subvencionado creen que hay que aumentar las horas para planificar clases. (Encuesta Profesión Docente en Chile. Núcleo Milenio: La Profesión Docente en Chile, 2009).
Es claro entonces: los profesores tienen problemas similares sin importar donde ejercen. Si este es el diagnostico, la solución es clara: el proyecto de ley de carrera docente debe beneficiar a todos los profesores sin importar donde estén; sin importar si trabaja en colegio particular subvencionado o municipal; sin importar si hacen clases en el nivel inicial, básico o medio. El proyecto de carrera docente debe respetar las particularidades de cada nivel educativo, pero esa no debe ser escusa para no hacerlo universal.
Si deseamos que todos los niños, niñas y jóvenes tengan derecho a grandes profesores y profesoras, necesitamos una carrera docente para todos o nada. Y nada, no es opción.