Ley Ricarte Soto: mucho eslogan y poco contenido
A la última sesión de la Comisión de Salud sólo llegaron tres Senadores, que iban y venían atendiendo diversos asuntos. La citación era para escuchar a representantes de agrupaciones de pacientes con enfermedades de alto costo opinar sobre la Ley Ricarte Soto.
Karla Rubilar es Diputada Amplitud. Representa a las comunas de Conchalí, Huechuraba y Renca.
Si bien el Gobierno rotuló este proyecto como prioridad con miras al discurso del 21 de Mayo, lo que es muy bueno porque garantiza un trámite más expedito en el Congreso, así como está, no puede ser aprobado.
Entendemos que hay una crisis de confianza en el sistema, que el Congreso debe responder rápidamente para sacar adelante la agenda de probidad, pero parte de esa crisis son justamente las promesas no cumplidas. Y la Ley Ricarte Soto es ejemplo de ello.
Esta ley tiene mucho titular y poco contenido, y de eso nos dimos cuenta cuando comenzamos a analizarlo en la Comisión de Salud de la Cámara. Afortunadamente, y gracias a un trabajo transversal, logramos una mejora contundente, que es la eliminación del copago y los deducibles. Pero no es suficiente.
Por eso, le hemos pedido a la Presidenta que cumpla su compromiso y no permita que ninguna persona por falta de dinero, pueda acceder a un tratamiento como corresponde. ¿Cómo? Necesitamos más recursos para esta Ley, porque hoy todos los topes que están poniendo tienen que ver con recursos.
Por ejemplo, hoy existen solo diez enfermedades poco frecuentes y de alto costo que están cubiertas por un decreto del Ministerio de Salud, con un costo fiscal de 20 mil millones de pesos anuales. Estas mismas enfermedades serán adosadas a la Ley Ricarte soto, por lo que comenzaremos con un déficit porque, obviamente, los recursos no se agregan. Esto significa, además, que hay enfermedades que no quedarán cubiertas por la nueva legislación, lo que dejará a ochenta agrupaciones de enfermos sin acceder al tratamiento.
La Constitución de 1980 obliga al Estado de Chile a resguardar el libre e igualitario acceso a las acciones de promoción, protección y recuperación de la salud y de rehabilitación de un individuo. Nada dice de costos.
Por lo mismo, la identificación de las enfermedades de alto costo es necesaria para poder asegurar la disponibilidad de los recursos necesarios y así evitar la verdadera catástrofe que viven quienes sufren este tipo de enfermedades, donde hasta los derechos más básicos quedan relegados.
A veces cuesta imaginarlo, pero existen algunas enfermedades donde una de las necesidades básicas como es comer se transforma en la principal batalla de sobrevivencia y catástrofe financiera dentro de una familia.
Necesitamos una Ley inclusiva, que no solo vele por buscar el financiamiento, sino que también acompañe a los enfermos y sus familias en el proceso de diagnóstico, que muchas veces es el más largo y difícil peregrinaje.
Necesitamos que acompañe también en las necesidades hospitalarias, sino también domiciliarias, velando por el bienestar psicológico de la familia y el enfermo. Necesitamos que ingresen los diagnósticos, los tratamientos que no son medicamentos o alimentos o dispositivos médicos, o las prótesis. Sólo así podremos entregar real calidad de vida a los pacientes, y honrar en toda su dimensión la lucha que comenzó Ricarte Soto.
Karla Rubilar y Macarena Landaeta, médico y representante de la agrupación de enfermos de Diabetes Insípida de Chile.