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Actualizado el 25 de Noviembre de 2020

Una simple batería domestica podría cambiar el modelo energético chileno

No se puede tapar el sol con un dedo, la democratización de la energía está a la vista y cabalga con la ayuda del viento y el sol.

Por Manuel Baquedano
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Manuel Baquedano es Sociólogo de la Universidad Católica de Lovaina, Bélgica, fundador y presidente del Instituto de Ecología Política, IEP, y autor de La Batalla de Ralco y Tu Huella Ecológica.

La empresa Tesla ha presentado hace algunos días, una batería eléctrica para el hogar, llamada a crear un punto de inflexión en el uso de las energías renovables al facilitar su uso continuo día y noche. Una batería que almacena hasta 100 kwh a tan solo 3500 dólares (cerca de dos millones de pesos), con una vida útil asegurada de 10 años, renovable por otros diez años más .

Hecha de ion de  litio (sin plomo), de un metro de largo por 68 centímetros de ancho y 18 de grosor, puede ser instalada en muchos lugares de una casa en tan sólo un par de horas.

A dos días del lanzamiento  ya se han vendido 38.000 unidades. Un hogar chileno medio que consume  220 kwh al mes podría autoabastecerse de energía eléctrica con esa batería hasta 2 días sin recurrir a fuentes energéticas externas.

La novedad más importante de esta innovación no es su tecnología que ya la usamos en nuestros celulares, tablets, relojes, entre otros,sino es su relación costo beneficio, al hacer asequible la acumulación solar o de otras Energía Renovable No Convencional (ERNC) en el hogar o en pequeños espacios comunitarios. Es decir, es una innovación que permite hacer viable la energía distribuida, generada, y consumida por los mismos ciudadanos.

Estas baterías están destinadas a producir una innovación social mayor, que como  lo dice Elon Musk , creador y dueño de Tesla, desempeñaran en el mundo de la energía “un papel similar a la forma en que los teléfonos móviles han sustituido a los teléfonos fijos” es decir en el largo plazo eliminar la necesidad de existencia  de las redes eléctricas.

Esta solución de acumulación energética  unida  a las instalaciones solares  crearán  las condiciones  para transformar, desde las base de la sociedad, las relaciones de poder económico y social, convirtiéndose en un poderoso instrumento al alcance de los ciudadanos  para destruir el cartel energético chileno  que ha sometido y abusado a los habitantes de este país a partir  del monopolio de la producción y distribución que tienen sobre la energía  las empresas eléctricas, logrando así distribuir más equitativamente los frutos energéticos que nos entrega el sol o el viento.

La posibilidad de construir sistemas autónomos de uso de energía, permitirá que las comunidades puedan decidir sobre el modelo energético bajo el cual desean  vivir.

La lucha en Chile  entre los dinosaurios energéticos que actualmente dominan la energía que necesitamos como sociedad y los ciudadanos emancipados que desean ser dueños de sus condiciones de vida será feroz e implacable.

Para empezar habrá que luchar porque la Nueva Constitución consagre como un derecho humano nuevo que los ciudadanos tengan acceso libre al Sol correspondiéndole al Estado garantizar este derecho. En España el Gobierno de turno quiere gravar con un impuesto el uso del sol por parte de los ciudadanos y nadie nos pueda garantizar de palabra que esto no vaya a ocurrir en nuestro país, lo que resulta preocupante.

No se puede tapar el sol con un dedo, la democratización de la energía está a la vista y cabalga con la ayuda del viento y el sol. Dependerá de los ciudadanos acelerar este proceso para crear un nuevo Modelo Energético.

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