EE.UU, China y Japón: ¿Cómo se regula el uso de Bitcoins?
Disponer de efectivo en Internet es un viejo sueño que hace algún tiempo viene cumpliendo el Bitcoins, una cripto-moneda parecida al efectivo en el mundo físico, que puede usarse en Internet para pagar todo tipo de objetos sin tener que recurrir a bancos, tarjetas, o ningún tipo de intermediario ni control central.
Jose Miguel Piquer es Experto Avonni y Director de IT-Talk Ltda.
El anonimato no es una de las fortalezas de Bitcoins. No es como el dinero efectivo: yo debo registrar mi llave pública y mi dirección (un identificador numérico), para poder demostrar que esos Bitcoins son míos. Si alguien logra mapear ese identificador con mi persona, pueden saber quién soy. Una característica importante del registro de Bitcoins es que es totalmente descentralizado, distribuido y redundante. Toda la confianza del sistema radica en la confiabilidad del registro, que es como el banco central del sistema y que, sin embargo, no ejerce ningún control.
Éste es un escenario favorable para todo tipo de ciber-criminales, lo que ha abierto una ventana hacia los cuestionamientos sobre cómo la tecnología obliga a los modelos a adaptarse, en este caso, al sistema financiero.
Hace algunos días, la prensa dio cuenta de que las autoridades financieras de Japón, EE.UU. y China se reunían con el objetivo de crear el primer marco regulador internacional para monedas virtuales como el Bitcoin; una normativa conjunta para evitar que este tipo de divisas sirvan para financiar el terrorismo y otras actividades ilegales. En pocas palabras, implica exigir una verificación de identidad para los usuarios que abran “carteras virtuales”.
La necesidad de identificación, surgida de países que liberan una batalla permanente con este tipo de problemas, plantea a mi entender una pregunta previa: ¿es el Bitcoin una moneda o un bien? Los artículos plantean que estos gobiernos están tratando de verlo como un bien: un objeto que se compra en una moneda y luego se vende en otra. En tal caso sería un bien digital, como el software.
Entendiéndolo de esta manera, los gobiernos piensan que pueden definir reglas para ellos, de modo que se declaren y paguen los impuestos correspondientes. Sin embargo, al igual que el software, resulta muy difícil controlar su importación/exportación, ya que pasa las fronteras sin que nadie lo pueda detectar.
Una de las gracias de Bitcoins es justamente que no hay un controlador, o un banco emisor que controle su valor de una forma u otra. La idea es que sean las fuerzas del mercado las que actúen, sin intervención de nadie. Y esto se nota mucho en la volatilidad de su valor. Hay una corriente en el mundo que plantea que los Bitcoins no requieren una regulación ad-hoc y que la regulación vigente basta.
Desde el punto de vista de la evolución futura del sistema financiero, no creo que Bitcoins se vaya a transformar en una moneda fuerte aún, que busque desplazar al dólar, al euro, etc. Más bien pienso que se irá posicionando como un medio de pago eficiente y sin intermediarios para comprar por Internet.
Me atrevo a adelantar que su uso para fines ilegales continuará, y es difícil que una regulación realmente funcione de manera efectiva para evitar el ciber-crimen. Al igual que el efectivo, el hecho que el Bitcoins se use para fines ilegales no invalida su utilidad para compras legales y válidas.