Expo Milán: Lo que Chile muestra al mundo

Chile es un invitado permanente en las citas universales, lo que ha permitido estrechar lazos con todos los rincones del planeta y estar a la altura de los grandes desafíos mundiales, como lo fue durante la industrialización, los inicios del intercambio comercial y la apertura de fronteras. París 1889, Nueva York 1939, Bruselas 1958, Osaka 1970, Sevilla 1992, Lisboa 1998, Shanghai 2010 y hoy Milán 2015, cuyo concepto es “Alimentar el Planeta, energía para la vida” , instancia que busca generar un espacio de discusión en torno a una de las problemáticas del siglo XXI.

En ese contexto para este año, la oportunidad de haber participado como país, sirve por una parte, como herramienta para que los mini, pequeños y medianos empresarios muestren sus productos y aprovechen contactos para nuevos negocios y clientes, y por otra, como instrumento básico de marketing, ya que constituye una gran vitrina publicitaria donde se muestra la imagen de nuestro país, sus ventajas económica-comercial y sus culturas dentro de un enlace de comunicación importante entre compradores y vendedores.

El gran tema es tener claro ¿cómo queremos ser vistos? Venimos hablando hace ya un par de año de la relevancia de la innovación como herramienta vital para la generación de mercados competitivos, de agregado de valor y de diferenciación para el desarrollo de Chile. Y si bien seguimos basándonos principalmente en la explotación de nuestros recursos naturales, creo que este año se pudo ver más de innovación tanto en la presentación de nuestro pabellón como de los productos exhibidos.

La fabricación del pabellón -hecho íntegramente en madera de pino radiata- resalta no sólo por su belleza, sino también por su innovativo sistema constructivo, el cual utilizó tecnología avanzada en su construcción, permitiendo lograr un volumen de 60 metros de largo, 20 metros de ancho y 15 metros de alto, soportado en sólo 6 pilares, lo que le otorga una belleza y esbeltez única en la Expo. Se fabricó pensando en desarmarlo y traerlo a Chile: es el compromiso que ha adquirido el país, y por esto los sistemas de uniones son especiales para este efecto, además tienen como restricción que no se vean. El resultado fue una estructura muy limpia y esbelta.

También destaca la rapidez y precisión en la construcción, elementos que sin duda se requieren en Chile cuando hablamos de productividad. Construir este pabellón de 2.000 m2 funcionando en menos de un año, sólo se logra con un proceso integrado e innovativo de arquitectura, ingeniería y sistemas constructivos.
La madera, es sin duda el material por excelencia para la prefabricación, y a su vez la solución para aumentar la productividad en la construcción. Además de ser un material natural renovable, que captura CO2 en su formación, lo que permite realizar construcciones amigables con el medio ambiente.

El contenido del pabellón tiene relación con la oferta alimentaria que hace Chile al mundo y en esta línea nos encontramos con varios productos desarrollados por emprendedores e innovadores chilenos, quienes hacen un gran esfuerzo por desarrollar, innovar y comercializar sus productos. Lograr que estos emprendimientos se desarrollen y logren una escala relevante es tarea de todo el ecosistema de innovación chileno y esta exposición universal es una gran plataforma.

Hay un consenso transversal que la innovación es la mejor forma de crear más y mejor valor para Chile. La economía chilena necesita un proceso de sofisticación y esto sucederá con Innovación, y en la medida que nuestros esfuerzos sean percibidos por miradas internacionales en el contexto de este tipo de ferias, refuerza que el camino tiene que ir por ahí.

Espero sinceramente que esta exposición nos sirva como país para avanzar hacia una industrialización de la construcción en madera y en el mediano plazo seamos un referente a nivel mundial en soluciones constructivas con este material. Hoy lo somos en la industria forestal, pero no en soluciones en madera con tecnología.