Día del Orgullo LGBTI: Marchamos por Todxs
El movimiento de la diversidad sexual nuevamente convoca a la ciudadanía este fin de semana a conmemorar, como en gran parte del mundo, un nuevo “Día del Orgullo LGBTI”. Una movilización que cobra mayor sentido cuando como sociedad hemos sido testigos del poder que puede ejercer la ciudadanía en la generación de un marco jurídico que se adecue a los estándares internacionales de Derechos Humanos.
Rolando Suarez Sandoval es Coordinador Frente de Diversidad Sexual de Revolución Democrática
Desde los disturbios de Stonewall en 1969, en que un grupo de personas de la diversidad sexual se levantó contra el acoso y la brutalidad sufrida por parte de las fuerzas policiales, el movimiento por los derechos igualitarios ha ido tomando fuerza y colores propios. Elevando un mensaje de reivindicación de derechos, y muy claramente, uno de respeto hacia una de las tantas comunidades de personas que han sido víctimas de la discriminación arbitraria, la violencia y el acoso por parte de los aparatos policiales, las leyes, los Estados y la propia comunidad.
Es en este sentido, que la convocatoria a marchar por el orgullo tiene un claro matiz: reivindicar la dignidad de las personas LGBTI, conmemorando y recordando a quienes han luchado por poner fin a la discriminación y a la exclusión; aspirando al goce y ejercicio de los mismos derechos, en una sociedad, donde el Estado debe ser garante del acceso a los derechos, independiente de la orientación sexual o de la identidad de género de las personas.
En este contexto, la movilización por los derechos LGBTI cobra mayor sentido cuando como sociedad hemos sido testigos del poder que puede ejercer la ciudadanía en la generación de un marco jurídico que se adecue a los estándares internacionales de Derechos Humanos, expresados a través de la firma, ratificación y vigencia de varios pactos en esta materia.
No marchamos solamente por las personas Trans, marchamos porque creemos en un país distinto. Creemos que podemos ser agentes de cambio cultural en un país que se está cuestionando su funcionamiento, sus instituciones y sus representantes; en que la crisis de representación nos hace cuestionarnos qué tan real es el vínculo de nuestros políticos con la ciudadanía; cuestionarnos cuál es el rol de los partidos políticos, considerando que son quienes podrían ser intermediarios y facilitadores del movimiento social hacia los espacios en los cuales se ejerce el poder.
Esta es una oportunidad y un llamado, en especial a los partidos y movimientos políticos, de llevar a cabo una cambio profundo, de dar cabida a la posibilidad de ser diferentes, de apoyar una demanda histórica de Derechos Humanos, y una tremenda deuda que el Estado tiene con uno de los sectores más vulnerables de la diversidad sexual, la comunidad Trans.
La pronta aprobación y promulgación del proyecto de ley de Identidad de Género, es entender la necesidad de un paso urgente para garantizar a todxs lxs ciudananxs de nuestro país, un derecho básico para todo ser humano: el Derecho a la Identidad.
Es también una invitación y un deber, a quienes nos situamos desde lo político, de estar atentos a lo que la ciudadanía nos demanda, y a hacernos cargo con responsabilidad del desafío de representar a nuestrxs compatriotas.
Es imperioso que tomemos partido por los Derechos Humanos; por construir un país donde todxs podamos tener acceso a desarrollar nuestros proyectos vitales, gozando de las garantías que todo ciudadano debe tener, de reconocernos como un país de derechos para todos, todas y todes. Por el derecho a ser diferente.
