El colosal proyecto de renovar la vía Alameda – Providencia
El 28 de noviembre de 2013, asistimos a una tertulia organizada por la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la U. de Chile en donde se dio a conocer una investigación de académicos de dicha facultad para mejorar la principal avenida del país: la Alameda Bernardo O´Higgins. Tan interesante resultó esa actividad que las entonces futuras autoridades de gobierno incorporaron en sus agendas lo que se expuso en aquella ocasión. Y así fue como el pasado martes 14 de julio, en la Intendencia Metropolitana, se inauguró la exposición con los Planes Maestros distinguidos para remodelar el Eje Alameda-Providencia.
Patricio Herman es Presidente Fundación Defendamos la Ciudad
De acuerdo a los convocantes del concurso, se trataría de la obra de desarrollo urbano más importante que se llevará adelante en Chile en los últimos cincuenta años. El gobierno dice que será un proyecto emblemático que le cambiará el rostro a la capital y que permitirá mejorar ostensiblemente la calidad de vida de los usuarios del transporte público y en general de los habitantes de la región.
Por ser la magnitud de esta intervención muy gravitante, 12 kms de extensión, en pleno centro de la ciudad, entre las avenidas Pajaritos y Tobalaba, fue conveniente llamar a un Concurso Internacional de Arquitectura, el que tuvo una muy buena acogida. Se presentaron un total 23 oficinas de todo el mundo y ocho fueron las distinguidas por el jurado, las cuales pueden conocer en pinchando aquí.
El corredor Alameda-Providencia es una obra que complementa y potencia el funcionamiento del Transantiago. Su implementación ha sido postergada debido a los reparos de algunas autoridades municipales que temen por el impacto negativo que se generaría en sectores de alto valor patrimonial, porque la asocian a la construida años atrás en Av. Grecia.
De los ocho proyectos expuestos, cinco pasarán a la segunda etapa que consiste en una oferta de servicios profesionales por el desarrollo del proyecto para su licitación y posterior construcción. En esta fase los equipos deberán corregir y/o complementar sus propuestas en base a las observaciones que formuló el jurado durante la preselección. En ese contexto, como Fundación Defendamos la Ciudad nos surgen algunas inquietudes.
El problema que planteó el concurso fue duplicar la capacidad de transporte actual del eje, a la vez que mejorar las condiciones de habitabilidad del espacio público, teniendo especial cuidado en los sectores de interés patrimonial. En teoría eso suena muy bien, pero transportar 25.000 pasajeros por hora en cada sentido tendrá un impacto visual y funcional que ninguna de las cinco propuestas seleccionadas quiso mostrar.
Utilizando conocidas estrategias del marketing en boga, las propuestas habilitadas se concentraron en los aspectos amables, como las áreas verdes, las fuentes de agua, tratamientos de piso, ciclovías idílicas, imágenes nocturnas etc. omitiendo los aspectos desagradables como la fila de buses, las barreras de separación y los enormes paraderos que se requiere para poder transportar la cantidad de pasajeros que se busca. Sin embargo, dos de las tres propuestas que fueron distinguidas con una mención honrosa, sí se hicieron cargo del problema de fondo y en sus láminas resuelven, de diferente manera, este colosal desafío.
La propuesta de la oficina brasileña Vigliecca & Asociados hace un estudio detallado de los paraderos, los que deberán ser recintos cerrados para que puedan operar como zonas pagas con lo cual se evita la evasión y se da la fluidez necesaria para la subida y bajada de pasajeros.
La otra propuesta, de la oficina de Zaha Hadid (Premio Pritzker 2004, equivalente en Arquitectura al Premio Nobel), va más allá y transforma el problema en una gran oportunidad. Como conocíamos el trabajo de esa arquitecta angloiraquí residente en Londres, por publicaciones de prensa, tomamos contacto con su representante en Chile para disponer de mayores antecedentes.
En efecto, dicha oficina reconoció que el gran desafío planteado en las bases del concurso era integrar los invasivos volúmenes de los paraderos de pasajeros al paisaje natural y urbano de Santiago. Estos fueron tratados como verdaderas esculturas que cumplen perfectamente bien su cometido. Lo que esta oficina propone es convertir los paraderos en objetos de interés artísticos en sí mismos, entregando nuevos elementos de carácter formal que perfilen la identidad urbana de esta megalópolis. No está demás pensar que por el valor intrínseco de este tipo de paraderos, existirán empresas privadas interesadas en financiar estas obras públicas vía ley de donaciones culturales.
El aporte de ingeniería de esta propuesta también es digno de destacarse, pues la eficiencia del sistema se logra mediante tecnología que permita conducir los buses emulando trenes: Requieren una sola vía implementada como carril inteligente que sincroniza las detenciones, para tomar pasajeros, con los semáforos; regula las velocidades; ajusta la distancia entre máquinas; e informa a cada pasajero, por medio electrónico, el lugar y el momento preciso donde puede abordar su recorrido. Como vemos, es una especie de Metro en superficie.
La propuesta considera reconvertir, entre la Ruta 68 y Av. Apoquindo, 16 hectáreas de calzada vehicular, lo que permitiría consolidar un espacio público peatonal de 46 hectáreas en pleno corazón capitalino que corresponde al 64% del total del boulevard. Para comparar: actualmente las veredas ocupan sólo el 6% de ese espacio, los vehículos un 58% y el parque central un 36%. Sin embargo este último casi no se usa porque está desvinculado funcionalmente del resto de la ciudad. En la práctica, la superficie efectiva destinada a los ciudadanos aumentaría diez veces respecto a lo que hoy existe.
Otro aspecto destacable de este proyecto es la solución que se plantea para la Intermodal de Plaza Baquedano, pues se evita construir la conexión subterránea considerada en las bases del concurso. El cruce vehicular lo resuelve en superficie la vía inteligente que sincroniza los semáforos, por lo tanto con un costo menor y sin el impacto negativo de ejecutar obras de esta envergadura en un punto tan crítico de la ciudad.
Ahora bien, desde el punto de vista cultural y patrimonial, la propuesta considera conexiones peatonales en subsuelo que permitirán poner en valor los restos arqueológicos de los Tajamares, por lo tanto volverán a ser parte de la cotidianeidad de los santiaguinos viandantes.
En razón a que en las próximas semanas, los cinco equipos preseleccionados deberán preparar sus propuestas finales, una de las cuales sellará el destino de nuestra querida Alameda de las Delicias, y dado que este trascendental asunto no ha sido debidamente conocido por la opinión pública, quisiéramos que se iniciara una ronda abierta para permitir que la ciudadanía tenga injerencia en la formulación definitiva del proyecto, ello acorde al deseo participativo que promueve la presidenta Bachelet.
Consideramos que este proceso participativo es conveniente para la validación política de lo que se resuelva, de manera que no se repita la funesta experiencia del Transantiago, que se puso en marcha en base a criterios de algunos pocos “expertos”. En esta nueva oportunidad, todas las buenas ideas deben visibilizarse democráticamente de modo que el espíritu del llamado a concurso no se pierda: elegir la mejor solución a la luz de las demás alternativas presentadas.