Las falacias abortistas
El martes 4 de agosto la comisión de salud de la Cámara de Diputados decidió aprobar por 8 votos contra 5 la idea de legislar el proyecto enviado por el gobierno sobre el aborto en tres causales: caso de violación, en caso que peligre la vida de la madre y en caso de inviabilidad fetal. Me tocó estar presente en esa votación. Y en la argumentación respectiva, me llamaron la atención algunas declaraciones que simplemente parecen haber omitido toda la discusión que se produjo en la misma comisión durante meses. La idea de legalizar el aborto sobrepasó a los propios argumentos sobre el tema.
José Francisco Lagos es Presidente de la Fundación Chile Siempre
Hay muchas falacias que se escuchan día a día de la boca de quienes están a favor del aborto, pero en realidad son mitos o información incompleta. Se entiende que pululen dichas afirmaciones en ambientes menos informados, pero es preocupante cuando se legisla sobre esa base. He aquí algunos ejemplos.
1.- Chile es uno de los CINCO países que prohíbe el aborto en todos los casos. Esto lo escuché del mismísimo Presidente de la Cámara de Diputados, Marco Antonio Núñez. Dicha información es falsa. Son 66 los países que prohíben el aborto en cualquier circunstancia, muchos de ellos en sus legislaciones recogen el principio de doble efecto, que es lo que día a día realizan los médicos chilenos.
2.- Si estás en contra del aborto, no abortes. Tal argumentación no reviste consideración alguna, pero no es nueva. Hace más de 100 años en Estados Unidos también la ocupaban: si estás en contra de la esclavitud, no tengas esclavos. O lo podríamos traer a un tiempo actual: si estás en contra de los robos, no robes, pero no impongas tu moral sobre los demás. Si efectivamente es un acto malo el que discutimos, y matar a un niño inocente lo es, es necesario que la sociedad se pronuncie y por tanto es legítimo que tomemos una decisión general por ejemplo en su prohibición, porque entendemos que existe un bien jurídico que se debe proteger, en este caso la vida del que está por nacer.
3.- Aborto sí, aborto no, eso lo decido yo. La verdad es que eso no es así. Todos los días legítimamente la sociedad limita nuestra libertad para proteger bienes sociales mayores. Por ejemplo, no somos libres de decidir si matar a otro y no tener consecuencias. En ese caso alguien previamente decidió por nosotros y estableció que el homicidio está prohibido porque se entiende que para convivir en sociedad debemos respetar ciertos consensos, en el caso de la prohibición del aborto un bien jurídico y social a respetar es la vida de los más inocentes.
4.- Hace 26 años no se legislaba sobre el tema. Esta frase la dijo el Presidente de la Comisión de Salud. Tal afirmación simplemente es falsa. Sin ir más lejos hace tan solo tres años, el Senado rechazó la idea de legislar un proyecto similar al actual, por lo tanto no es que no se haya legislado, sino que los que están a favor del aborto siempre habían perdido en sus iniciativas.
5.- Los hombres no pueden opinar sobre el aborto. Este argumento desconoce que los embarazos vulnerables son una realidad que impacta a toda la sociedad y entre todos debemos concurrir a buscar soluciones. Además, todos los hombres tenemos mujeres cercanas que se pueden ver implicadas en alguna causal de las descritas. Por último, es falso que quienes promueven el aborto apoyan siempre a las mujeres, a modo de ejemplo fue este mismo gobierno el que eliminó el Fono-Ayuda del Sernam que orientaban a mujeres que se encuentran en embarazos difíciles.
6.- Son solo tres causales específicas y no un avance hacia el aborto libre. Lo anterior lamentablemente no es verdad. En este caso es bueno mirar la experiencia comparada: por ejemplo en España se aprobó el aborto también en estas tres causales, años después se avanzó hacia el aborto libre. Lo relevante de lo anterior es que las cifras reales de aborto no aumentaron significativamente, lo que implica que antes de la aprobación del aborto libre, se utilizaban estas causales como excusa para abortar.
7.- Los ricos pueden abortar, los pobres no, por tanto aborto legal para todos. En primer lugar esa afirmación tiene saltos lógicos importantes que la hacen poco rigurosa. Pero dejando de lado lo anterior, hay varios mitos que derribar: primero, no está demostrado que en clínicas privadas se realicen abortos, esto simplemente es un mito en el que no hay procesos judiciales abiertos, se suele argumentar que se ocultan en otras enfermedades como la apendicitis, pero la evidencia demuestra lo contrario, que mientras disminuye el aborto, dichas enfermedades permanecen constantes. Por último, en caso de ser verdad, no porque un grupo de la sociedad realice una conducta antisocial, significa que nos da el derecho a todos de realizarla, sino que debemos combatirla donde se produce.
8.- Se dice que miles de mujeres mueren por hacerse abortos clandestinos. Totalmente falso. Chile tiene la tasa de mortalidad materna más baja de América Latina, incluso más baja que Estados Unidos, ésta ha disminuido constantemente aun después de la prohibición del aborto terapéutico. Datos del año 2012 muestran que dos mujeres habrían fallecido por un aborto pero con causa desconocida, es decir que no necesariamente por una de las tres causales del proyecto de ley.
9.- Los Pro-Vida se preocupan de que nazcan pero después se olvidan. Falso, somos muchos quienes junto con oponernos a una ley de aborto también promovemos que nuestra legislación contemple medidas de apoyo a la mujer que está en un embarazo vulnerable, sobre todo considerando que el 92% de las mujeres que piensan en hacerse un aborto lo hacen por miedo, coerción o pérdidas de expectativas de vida. Apuntamos a cambiar esa realidad y apoyar a esa mujer y a su hijo aún después de que nazca, con tratamientos médicos y psicológicos y con apoyo financiero en caso de ser necesario. Y por supuesto también promovemos una educación de calidad, oportunidades para todos, especialmente para los más pobres, así como otras medidas para hacer más libre y justa la vida en sociedad.
Sin duda que hay otros mitos que existen en el debate, sin embargo los expuestos parecieran ser los más importantes y frecuentes en la discusión. Es una lástima que sean nuestros mismos parlamentarios los que utilicen algunos de estos argumentos que han sido reconocidos como erróneos o falaces, nuestro país merece una discusión seria y de mejor nivel.