Por un nuevo pacto político con los animales
Sin duda que el título les puede parecer algo contradictorio cuando se enfoca en los animales, pero hay medidas políticas que sí se pueden tomar para frenar el maltrato y abuso contra estos. Abusos que no sólo violan todo acuerdo sobre conservación animal, sino que además atentan contra principios morales de nuestra sociedad, y esto último es peor. La fotografía de un lobo marino colgado por trabajadores de una salmonera del sur, la caza ilegal en Chile, la caza furtiva del león Cecil en Zimbabwe y los abusos que sufren los animales utilizados en “deportes” y “espectáculos”, constituyen las evidencias más actualizadas de las ineficientes políticas respecto de conservación y el maltrato animal. Es en este escenario en el cual surge la imperiosa necesidad de reestablecer el debate acerca de la suficiencia del derecho nacional e internacional vigente para proteger y conservar nuestros animales.
Vlado Mirosevic es Diputado de la República. Presidente del Partido Liberal de Chile
Sin duda que el título les puede parecer algo contradictorio cuando se enfoca en los animales, pero hay medidas políticas que sí se pueden tomar para frenar el maltrato y abuso contra estos. Abusos que no sólo violan todo acuerdo sobre conservación animal, sino que además atentan contra principios morales de nuestra sociedad, y esto último es peor. La fotografía de un lobo marino colgado por trabajadores de una salmonera del sur, la caza ilegal en Chile, la caza furtiva del león Cecil en Zimbabwe y los abusos que sufren los animales utilizados en “deportes” y “espectáculos”, constituyen las evidencias más actualizadas de las ineficientes políticas respecto de conservación y el maltrato animal. Es en este escenario en el cual surge la imperiosa necesidad de reestablecer el debate acerca de la suficiencia del derecho nacional e internacional vigente para proteger y conservar nuestros animales.
Los derechos de los animales y las corrientes que abogan por estos han tenido que lidiar con un problema fundamental: los animales no son sujetos de derechos sino que cosas sobre las cuales se ejercen derechos (como una mesa o un auto). Es decir, la ley no les reconoce derechos como los que, por ejemplo, si les reconoce a cualquier ser humano para no ser objeto de tortura. Esto contrasta con la evidencia científica, la cual nos plantea que humanos y animales compartimos, al menos, necesidades y atributos como son: comer, vivir, desplazarse libremente, reproducirse, etc. Entonces ¿por qué no podrían ser sujetos de derecho?
Como los animales no son sujetos de derecho, es muy fácil vulnerarlos o maltratarlos hasta ocasionarles la muerte. La noticia de la salmonera YADRÁN en Aysén, la cual mató a palos y luego colgó a un lobo marino, no es un caso apartado. Habitualmente este tipo de empresas cometen actos crueles contra animales que intentan alimentarse de las piscinas donde se encuentran los salmones. El problema aquí radica en que no se buscan otros tipos de medidas preventivas (y que además requieren inversión económica) para evitar que los lobos marinos rompan las piscinas donde se encuentran los salmones.
Por otro lado, la caza y decapitación del león Cecil de Zimbabwe por un ciudadano estadounidense, evidencia que las actividades económicas sin una regulación apropiada causan daños irreversibles incluso a los animales en estatus de “protección” legal. Las leyes de caza, tanto en Chile como en el extranjero, presentan vacíos de los cuales cazadores, legales e ilegales, pueden sacar provecho para matar indiferentemente tanto a un animal protegido como a uno que no lo está. Esta regulación ineficiente debe lidiar con el hecho de que la caza de animales es una actividad que brinda enormes beneficios económicos, de alrededor de US$ 130 millones al año, en todo el continente africano.
Por estas razones, la muerte de estos animales no debe ser indiferente para nuestro país. Debemos mejorar las actuales leyes en torno a la responsabilidad de las actividades productivo/económicas que pongan en riesgo tanto al medio ambiente como a los animales, y tomar medidas drásticas para resolver estos problemas porque estamos precisamente en un punto en que no hay vuelta atrás, muchas especies se están extinguiendo vertiginosamente y pocas son las soluciones al respecto.
No olvidemos que una virtud de nuestra época es que respetamos las libertades individuales de los miembros de nuestra sociedad bajo el resguardo del Estado, no será acaso posible respetar las libertades de los animales salvajes y domésticos. Por esto, deberíamos preguntarnos: ¿Contamos con leyes suficientes como para proteger a los animales en su ambiente natural? ¿Son suficientes los mecanismos de control existentes? ¿Están los animales domésticos protegidos correctamente del maltrato? ¿Qué tipo de deportes y espectáculos con animales debemos tolerar?
La buena noticia, ante este escenario adverso, es que sentimos la urgente necesidad de constituir una instancia política en la cual concurran aquellas entidades que abogan por la conservación animal, medio ambiental y representantes de la sociedad civil dispuestos a trabajar con el fin incorporar en el proceso de toma de decisiones relativas a los animales, la consideración y el respeto de su condición de seres con capacidad para sufrir al igual que nosotros, tal cual como está ocurriendo ahora mismo en otros países desarrollados.
Mientras lo anterior no ocurra, no sólo seguiremos viviendo a espaldas de los estándares del mundo civilizado, sino además no seremos parte de las soluciones que necesitan las problemáticas de índole animal y medio ambiental.
No hacer nada y esperar con resignación es, exactamente, lo que no debemos hacer.
Vlado Mirosevic. Diputado de la República. Presidente del Partido Liberal de Chile
Alexander Núñez Salinas. Magíster en Políticas Públicas de la Universidad de Chile