Los errores y el periodismo: Erarre Humanum Est, Ignoscere Divinum
Esta declaración adquiere total validez cuando de acciones humanas hablamos. Según la interpretación que comparto con ustedes, no existen los errores que denominamos involuntarios, blancos, forzados, voluntarios u otras calificaciones, solo existen los errores a secas.
Carlos Sanhueza Moreno es Profesor y socio Consultora Tomate, consultores en Gobiernos Corporativos. Administrador Público, U. de Chile, Diplomado en Análisis de Sistemas, Ciisa. Postgrado en Evaluación de Proyectos (CEPE), Escuela de Ingeniería Industrial, U. de Chile. Diplomado en Finanzas, U. de Chile. Executive MBA, U. Adolfo Ibáñez. Diplomado en Biología del Conocimiento, Instituto Matríztico - Dr. Humberto Maturana.
¿Qué tiene que ver esta distinción en el caso de la difusión de las fotografías hechas públicas por Agencia Uno y El Dínamo, respecto del diputado Ceroni quien en plena sesión de la Cámara de Diputados, fue sorprendido enviando mensajes de contenido sexual en pleno trabajo legislativo?
Si analizamos la conducta regular y estable en el tiempo de El Dínamo, podemos constatar su permanente apertura y no discriminación en términos ideológicos, religiosos, sexuales o de género. Esta conducta histórica es la que nos permite afirmar que la situación acaecida fue un error.
¿Por qué en nuestra cultura se castiga el error?
El castigo del error surge de una interpretación de su génesis, bajo la cual le asignamos intencionalidad al acto constitutivo de error y por ende merece ser sancionado.
Nosotros los seres humanos sólo podemos vivir en el presente, en términos más estrictos, en el ahora. Todas las acciones que ejecutamos, las hacemos ahora, no ayer ni mañana; AHORA. Por otra parte, todas esas acciones que ejecutamos ahora, en la mayoría de las ocasiones las hacemos con la creencia de que son correctamente ejecutadas. Si esto es aceptado, ¿en qué momento nos damos cuenta que una acción ejecutada en un ahora es incorrecta?
La primera observación que traemos a la mano es que el error siempre se verifica en una segunda experiencia, por lo tanto el error es siempre a posteriori.
En palabras de Humberto Maturana :
“Toda experiencia se vive como válida en el momento en que se vive. Usualmente seguimos desde allí nuestro quehacer sin más preocupación, Es sólo cuando tenemos una segunda experiencia que contradice a la primera que nos preguntamos por la validez de esta. Y es cuando desde aceptar la validez de esa segunda experiencia que calificamos a la primera como una ilusión o un error. Si la segunda experiencia no contradice a la primera, sino que, al contrario, nos parece que la confirma, la primera experiencia la tratamos como una percepción o como una verdad”
Existen otras alternativas al ejecutar una acción en un ahora :
- Cuando al momento de ejecutarla, sé de antemano que estoy mintiendo, a mi mismo o a terceros, por lo que a contrario de los errores, las mentiras son siempre anteriori. (Dejamos de lado casos patológicos como la mitomanía)
- Cuando al momento de ejecutarla, no respetó algún protocolo definido con anterioridad para su correcta aplicación. En este caso estamos frente a una negligencia, las que pueden ser profesionales para el caso de los médicos y pilotos de avión por ejemplo. (Dejamos de lado acciones como sabotajes y similares)
En los tres casos antes expuestos (error, mentira y negligencia), ejecutamos las acciones pero sus consecuencias no pueden ser previstas en el caso del error, si las podemos anticipar en el caso de la mentira o negligencia. Sin duda se requiere de maestría para descubrir la diferencia.
Podemos tomar todas las precauciones del caso para tratar de evitar los errores, para eso están los protocolos. Sin embargo estamos “condenados” a convivir con ellos ya que por constitución biológica no sabemos lo que va a ocurrir a futuro, solo vivimos el ahora. Podemos aprender de la experiencia pero sólo en aquellos ámbitos donde se pueda esperar la repetición exacta de lo ocurrido en el pasado. Sin embargo, como podemos comprobar cuando de situaciones humanas se trata, cada evento es único e irrepetible, a diferencia de los que podemos observar en algunos experimentos de laboratorios.
En este lamentable caso, El Dínamo una vez verificado el error cometido pidió las disculpas pertinentes y retiró las fotografías tomadas.