El Tribunal Constitucional y la desidia del CONFECH
Durante los últimos días hemos visto como lamentablemente, la derecha representada por parte de sus parlamentarios (y liderados principalmente por el Diputado Jaime Bellolio), ha recurrido al Tribunal Constitucional para solicitarle a este que se pronuncie acerca de la glosa de gratuidad del presupuesto nacional, y su constitucionalidad. Dicha glosa fue aprobada por la propia Cámara de Diputados, por lo cual recurrir al TC como una “tercera instancia”, me parece lamentable.
Diego Calderón Gajardo es Presidente Nacional JDC, estudiante de 5to año de Derecho en la PUCV, dirigente estudiantil durante las movilizaciones de los años 2006 y 2007
También es lamentable ver que el Diputado Bellolio y su sector político estimen que beneficiar a los sectores sociales más vulnerables de nuestro país constituyan una “discriminación arbitraria” como lo ha señalado el Diputado por distintos medios. No se me ocurre pensar en que dimensión posible, el beneficiar con gratuidad para la escolaridad a más de 200 mil estudiantes constituya una discriminación arbitraria.
Sin embargo de lo anterior, dichas declaraciones y la actitud insidiosa con la que emite declaraciones el Diputado son frecuentes, la verdad no me sorprenden. No me sorprende que la derecha neoliberal una vez más reaccione de forma poco democrática, intentando utilizar una tercera instancia – formal – pero que contraría lo que ellos mismos votaron. No, no me sorprende la actitud de “mal perdedor”, y la desesperación ante la proyección de que el negocio se acabará.
Ahora bien, si debo señalar que me sorprende tristemente la actitud que la CONFECH ha adoptado en relación al llamado a audiencias realizado por el Tribunal Constitucional.
En dicho sentido, fueron bancadas de partidos políticos, fundaciones, asociaciones estudiantiles, representantes directivos de universidades y consorcios de universidades, el gobierno, expertos en materia educacional: nadie quiso quedar fuera de este llamado a audiencias que determinará de manera potente el fallo que podría, eventualmente, ordenar que se eliminara la glosa de gratuidad en la educación – secundaria -. Y es en estas instancia en donde se espera que la CONFECH se encuentre presente, que haga escuchar la muy valiosa representación que ostenta, que sea la voz de los estudiantes universitarios que durante los últimos años han sido los responsables de cargar los estandartes de la reforma educacional (tanto secundaria como universitaria). El CONFECH, debido a su relevancia histórica, política, e influencia en el debate público, tiene el deber moral de manifestar su opinión frente a la solicitud de la derecha que acabaría con dejar excluidos de la gratuidad escolar a más de 200.000 de nuestros niños. Sin embargo, y con todo lo anterior, el CONFECH no apareció.
Y sorprende, porque ante la actitud muchas veces desafortunada de la oposición, del gobierno o de los partidos políticos, ha sido el CONFECH quien da la voz de alerta, quien critica ácida y descarnadamente, muchas veces con razón. Pero ¿No debería dicha crítica ser acompañada con una propuesta? ¿No debería el CONFECH estar a la vanguardia en estos temas?
La CONFECH como representante de los estudiantes universitarios, tenía y aún tiene la responsabilidad ineludible de opinar, de participar, de exponer, de criticar, y sin embargo en esta ocasión, en donde se pone en riesgo el futuro de una de las principales reformas en materia educacional de este gobierno, por las que tantos hemos luchado, la CONFECH ha demostrando una indiferencia pocas veces vista, que a mi juicio responde más a los cálculos políticos del sector que los conduce, por lo que se decide dejar de defender a los estudiantes a los que representan. Es por ello que se restó siquiera de participar como expositor, hecho lamentable que esperamos sea subsanado, y que de esta forma la voz y la opinión de los estudiantes universitarios organizados se vea representada a través de ellos tal como se espera.
