Necesitamos una ONG para bisexuales ahora
Hoy en día, existen organizaciones de lesbianas y bisexuales, organizaciones de transexuales, de hombres gay y organizaciones que reúnen a todos los anteriores pero no existe una sola organización para personas bisexuales. Esto no me resulta novedoso, ya que las personas bisexuales son olvidadas y muchas veces hasta de la misma comunidad LGBTI, cuestionadas.
Janet Noseda es Psicóloga. Magister en psicología clínica. Especialista en género y diversidad sexual.
Muchas personas cuestionan la existencia de la bisexualidad como una orientación sexual tan valida como el resto de las orientaciones sexuales. Se piensa la bisexualidad como una “etapa” de transición hacia al lesbianismo o la homosexualidad y se les cuestiona que aún no han salido “del closet”. Otros, cuestionan la real existencia dela atracción igualitaria hacia ambos sexos, haciendo preguntas como “Ok, pero ¿hacia quien te sientes más atraída?”, ¿prefieres más los hombres o las mujeres?” y yo me pregunto, ¿es tan difícil creer que alguien pueda sentirse atraído o atraída hacia ambos sexos por igual?
Esta sociedad, exige la atracción hacia el sexo contrario, como si existiese una “naturaleza” que nos llamara a una “complementariedad” de los sexos. Lo cierto es que las uniones sexuales pueden ser por tres causales: reproducción, placer y/o amor y todas son válidas. La negación de la unión sin el motivo de la reproducción se instaló en el inconsciente colectivo desde el nacimiento y auge de la iglesia católica pero las uniones por amor y placer existen y han existido siempre, así como existen las parejas del mismo sexo.
Ahora bien. El que en Chile no exista una ONG exclusiva para personas bisexuales, prácticamente habla por sí misma, de que las personas bisexuales no gozan del mismo status que el resto de la diversidad sexual y de que aún siguen en la invisibilidad. Yo quisiera ver una ONG de bisexuales que pudieran educar a la población acerca de esta orientación sexual, que se posicionaran al mismo nivel de las demás ONG y que ayudaran a erradicar los mitos acerca de la bisexualidad a través de informativos, charlas, etc.
Saquémonos por favor la venda de los ojos y eduquémonos acerca de la sexualidad humana. La energía sexual o el deseo, toma diferentes formas y elige diferentes objetos de placer, lo cual es muy distinto a la creencia populista cristiana de que la energía sexual siempre se dirige hacia las personas del sexo contrario. A veces se dirige hacia personas del sexo opuesto, otras hacia personas del mismo sexo y la mayoría de las veces, esta energía sexual no tiene que ver con tal o cual genital tiene quien nos despierta el deseo, sino con las características de esa forma, tales como su personalidad y su calidad de ser humano o características a veces tan nimias como la sonrisa o la capacidad de hacernos reír. Esto es precisamente lo que les sucede a las personas bisexuales. No se enamoran del genital de la otra persona, pues pasan eso por alto. Se enamoran del tipo de ser humano que tienen al frente y si lo piensan bien, tiene bastante lógica, pues enamorarse de alguien por sus genitales es un reduccionismo absurdo que lo que hace es enamorarse del genital, no de la persona en su totalidad.
Invito entonces a que las personas bisexuales alcen la voz, sin miedo, a que defiendan su orientación sexual tan válida como cualquier otra (y la más honesta con la “naturaleza” humana, si de naturaleza algunos quieren hablar), a que no permitan más preguntas de cual sexo prefieren más y menos que les pidan que se definan, como si el ser humano debiera “elegir” uno de los dos sexos para ser validado por los demás. Primero, la sociedad heterocentrista nos obliga a que todos seamos heterosexuales y luego, la misma diversidad sexual obliga a las personas bisexuales a que todos elijan un sexo para amar. No repitamos los patrones. No repitamos los patrones de la sociedad heteronormativa.