WOM y su “Digan lo que quieran”
Aquí vale más cuánto tienes para navegar en Internet, que detenerte a analizar por qué esta publicidad es sexista.
Janet Noseda es Psicóloga. Magister en psicología clínica. Especialista en género y diversidad sexual.
Parece que la gente de WOM sigue con su postura violenta y avasallante. Todos sabemos el escándalo que se provocó por la publicidad sexista de esta compañía, donde utilizan mujeres como objeto de fantasía para los hombres en situaciones sexuales. Las feministas alzamos la voz de inmediato señalando el sexismo de esta publicidad pero la compañía ni se inmutó. Es más, ayer, manejando por Providencia, vi una gigantografía de WOM con el mensaje “Digan lo que quieran”, mostrando a un grupo de mujeres enfurecidas con un cartel que decía “sexistas”.
Por supuesto que en Chile esta compañía puede darse el lujo de decir “digan lo que quieran”. En Chile vale más cuánto tienes para navegar en redes sociales, para sumergirte en un mundo de fantasía, que detenerte a analizar por qué esta publicidad es sexista. En nuestro país, lo que más importa es, simplemente, el libre mercado: quién te da más minutos, más facilidad para navegar por Internet, etc. No importa si esa compañía degrada a las mujeres, usa sus cuerpos y parte de ellos para vender sus productos. Da igual si usan a parejas lésbicas para llamar la atención del ojo masculino, como si fuesen juguetes de entretención. Lo que importa es lo que te venden, comprar, y ésa es la cultura que estamos fomentando. Comprar y vender, sin poner en la balanza aspectos humanitarios.
Qué maravilloso sería si fuésemos una sociedad un poco más reflexiva y empática, que hubiese rechazado de inmediato a esta compañía. No importa si ofrecen navegar gratis o lo que sea. Qué orgullosa me sentiría de mi país si la compañía se hubiese visto obligada a cambiar de publicidad o, de plano, irse de aquí porque no se acepta el sexismo, porque se fomenta la empatía, porque se sabe un mínimo de la teoría de género, de la cosificación de la mujer y de sus efectos en nuestras relaciones interpersonales.
Pero no, no es así. Aquí importa comprar. El que se denigre a las mujeres da igual. No hay una reflexión de que tienes una madre que es mujer, una hermana o una hija que se ven afectadas por la sociedad sexista. No importa que seamos uno de los países con mayor tasa de acoso callejero (encima, culturalmente aceptado) y que terminamos el año 2015 con más de 50 femicidios.
¿Podría yo comprar un producto que denigre a los hombres, que ocupe partes de sus cuerpos, que los sexualice como cosas para nosotras? No.
Así es que WOM tiene razón. Digamos lo que queramos. Total, ellos saben que en este país van a vender igual. Saben que están en Chile, donde el libre mercado y la libre competencia mandan y la empatía y humanidad, no entran en ese juego.