Economía a la deriva
Si usted escucha o lee a alguien celebrando que el IPC en diciembre fue de 0,0% o peor, señalando que no hubo inflación, usted le envía esta columna.
La inflación tuvo su causa en la Reforma Tributaria, la que afectó a la clase media, que beneficiará a la banca y que gracias a la caída del precio del petróleo internacional no fue peor. Nuestra economía está a la deriva, nos guste o no.
El IPC cerró el año con un aumento de 4,4%. Analistas señalan que está dentro del rango de tolerancia del Banco Central quien debe velar por una inflación sana … ¿inflación sana?.
La inflación señala cómo aumentan los precios. Así que si usted escucha o lee a alguien celebrando que el IPC en diciembre fue de 0,0% o peor, señalando que no hubo inflación, usted le envía esta columna. Primero, si los precios se estancan esto implica que no hay incentivo para la aumentar la producción, por el contrario, para retroceder, entonces una baja inflación (o nula) es la antesala a una disminución de la producción y por ende aumento del desempleo; una cadena peligrosa que puede señalar el comienzo de una recesión. Segundo, no, no es un equipo de fútbol, es que la inflación es un indicador general de los precios, por lo tanto, señalar que no hubo aumento en ellos es desconocer que hubo precios que subieron y otros que bajaron, siendo el resultado de estas variaciones un global de cero, pero que si hubo variaciones y estás son acorde a un consumo relacionado a un menor crecimiento económico. Así es, cuando las cosas no andan muy bien nuestros patrones de consumo cambian, se reflejan en el IPC y podemos anticiparnos a lo que vendrá en materia de producción y empleo.
Los precios deben subir, en un rango sano que para nuestra economía subdesarrollada es entre un 2,5% y 3,5%. Si el global de precios en un año cambia un 3% hablamos de una inflación sana, es decir, que hay incentivo para aumentar la producción y con ello aumentar salarios y empleo. El Banco Central hizo trampa: El encargado de velar para que tengamos una inflación sana solicitó cambiar la meta hacia un 4,5%. La razón para ello fue evitar una alza de tasas (que es como se frena la inflación) y con ello evitar un perjuicio a la producción (que Constitucionalmente no le compete). Si el IPC de 4,4% fue inferior al 4,5% es independiente de la gestión del Central, es por haber “hecho trampa”.
La inflación pudo haber sido peor y su causa fue la Reforma Tributaria. Al analizar los precios se observa que las partidas que subieron son aquellas con cambios tributarios como bebidas azucaradas y precios relacionados al mundo inmobiliario. Aumentó, con fuerza, el costo de la educación la cual tendrá financiamiento estatal, perdón “gratuidad”.
La inflación pudo haber sido peor, pero el precio del petróleo cayó desde los 120 dólares el barril a menos de 40 dólares el barril. Un salvavidas para nuestra economía petróleo adicta.
Economía a la deriva. Hacienda sin dinero, sólo deuda. El Central de manos atadas. Ahora dependemos de un buen año 2016 de otras economías.